La Casa del Carnaval de la capital tinerfeña, en la vera del barranco de Santos, presentó la segunda colección de su historia, que, bajo el cuidado de Nuria Bilbao y todo el equipo de la Sociedad de Desarrollo, demuestra cómo dar cabida a la fiesta de la máscara en la misma superficie pero con un enfoque más fresco.

Ya de entrada, es evidente que algo ha cambiado: cambia la reina, el traje de 2017 dejó paso al de 2018, pero, a modo de curiosidad, se mantiene la firma: Jorge Santana, su diseñador, al igual que la empresa, Fuentealta.

En la Casa del Carnaval, año II, resuelve el agravio con el personaje de la Lechera, esta vez tiene maniquí, y se incorpora el premio Criticón que desde 1985 se da a los mejores letristas. Otro reclamo, la exposición de la rondalla El Cabo por su 75 aniversario.

El mayúsculo "photocall" de Las Celias lo ocupa desde ayer SaryMamel''s, una fotografía que inmortaliza la espectacular actuación en la final de Mamelucos con los Nietos de Sary Mánchez, propia de un museo. Privilegio que a la murga de Rubén el Pitu, de Telde, no le pasará desapercibido: la primera murga de Las Palmas en la Casa del Carnaval de Santa Cruz.

Si la técnica como las gafas 3D causó sensación hace un año, ahora el equipo de Alfonso Cabello se ha volcado con el área infantil y de ocio, con juegos como la oca y el tres en raya, con preguntas de Carnaval y supervisadas por Elena González.

Si no estuvo en el Carnaval 2018, todavía lo puede conocer en su Casa.