Un grupo de integrantes de la Policía Local de Santa Cruz sospecha que la antigua fundición de metales Simeca, que linda con el actual edificio en la avenida Tres de Mayo, puede ser la clave para explicar la prevalencia de casos de cáncer que han sido detectados entre la plantilla de funcionarios, por lo que piden que se abra una investigación. En este caso aseguran que podría justificar que tras las comprobaciones realizadas por la Universidad de La Laguna (ULL), cuyas conclusiones han sido recogidas en un estudio epidemiológico, no se detectara que el origen está en la propia sede.

Dicho informe fue propuesto por la Sección de Prevención de Riesgos Laborales del ayuntamiento y recoge que a una mayor permanencia en la sede física, se incrementa el riesgo de padecer cáncer, a pesar de no haberse detectado la fuente.

Precisamente, el mismo informe señala que la prevalencia del riesgo de sufrir cáncer entre la plantilla de la Policía Local se sitúa en un 4,4%, mayor que el 2,1% que podría afectar al resto de ciudadanos del municipio y de Canarias, de forma más generalizada.

A pesar de la reiteración de que el factor riesgo no se encuentra en la sede, aunque no se descarte que la fuente se sitúe en el entorno, ha provocado gran nerviosismo y preocupación entre los profesionales de la Policía Local y los propios sindicatos que los representan.

Sobre ello, la primera medida prevista es abordar el próximo jueves, a partir de las 09:30 horas, la celebración de una sesión del Comité de Seguridad y Salud en la que participarán los representantes de los trabajadores para discutir los datos desvelados, así como las respuestas preventivas que se desarrollarán hasta que se esclarezca el porqué de la elevada prevalencia detectada entre los agentes.

Fuentes del ayuntamiento se remitieron a las conclusiones del informe y recordaron que se deja claro que no se ha producido por las condiciones de la infraestructura en donde se desarrolla el trabajo.

Antigua zona industrial

Hasta la construcción de la actual configuración de la avenida Tres de Mayo, el margen donde se sitúa el edificio de la Policía Local era considerado zona industrial, encontrando acomodo distintas chatarrerías, almacenes de abasto, fábrica y tratamiento de harinas, bebidas y, justamente al lado de la sede policial, una fundición que tuvo actividad durante 35 años hasta principios de los años 90.