El Cabildo de Tenerife limitará a 60 kilómetros por hora (km/h) la velocidad permitida en la autovía de San Andrés por seguridad, justamente en el tramo comprendido entre la cementera y la propia entrada al pueblo costero. Esto será así a partir del próximo lunes, a partir de las 00:00 horas, justificándose la medida por el objetivo de garantizar la seguridad de ciclistas, peatones y usuarios por tratarse hoy en día de una carretera en la que conviven con el tráfico rodado y pesado del puerto, en algunos casos.

Así lo adelantaron ayer la directora insular de Carreteras y la concejal de Seguridad del Ayuntamiento de Santa Cruz, Ofelia Manjón y Zaida González, respectivamente, y el jefe provincial de Tráfico de la DGT, Pablo Calvo, en el transcurso de una rueda de prensa para explicar los motivos de los cambios, que empiezan por la categoría de la carretera, "que pasa de ser autovía a multicarril", adelantó la representante del Cabildo.

"Se trata de reconsiderar la velocidad en una vía que soporta 12.000 vehículos al día, lo que deja a los usuarios en una situación muy vulnerable", explicó Manjón, que resaltó a continuación los datos de un estudio que "contabilizó 19.000 viajes en bicicleta en un mes, 1.500 viajes cada fin de semana", especificó.

En su caso, Pablo Calvo fue claro a la hora de señalar que se trata de una medida para proteger a los usuarios más vulnerables y que tiene un concepto bastante claro que no deja lugar a dudas: "A menos velocidad, más seguridad".

En base a esa idea, el máximo responsable de Tráfico en la provincia apuntó que es una medida muy positiva al entender que la actual limitación de 90 km/h es una limitación "demasiado alta" para un espacio que se comparte con bicicletas y usuarios en general.

La concejal de Seguridad santacrucera apuntó que la determinación de medidas para la autovía, "en donde se procederá también al cambio de color de la cartelería", es el resultado de "un trabajo conjunto para dotar de mayor seguridad a los usuarios de la vía", añadiendo que "desde el lunes se desarrollará un dispositivo de control en el tramo entre la Guardia Civil de Tráfico y la Policía Local" con radares incluidos hasta que la situación de la velocidad en la vía se normalice tras los nuevos cambios.

En cualquier caso, Manjón, González y Calvo remarcaron la idea de que la seguridad prima sobre cualquier otra cuestión.

Enfoque en los enlaces, los usuarios y el futuro

El jefe provincial de Tráfico, Pablo Calvo, apuntó que la vía no es considerada un punto negro del viario insular en cuanto a accidentes se refiere, aunque quiso remarcar que tiene todas las probabilidades de ser una "tormenta perfecta" en un futuro al coincidir en ella tráfico pesado, el privado, motos, bicicletas y peatones, a lo que se le une los enlaces que tiene. Sobre ello, Ofelia Manjón puso énfasis en las actuaciones a corto plazo que se harán precisamente en los enlaces, en el acerado y en un futuro carril-bici diferenciado, cuyo proyecto ya está licitado, mientras que la redacción se espera que se licite en diciembre.