El Ayuntamiento de Santa Cruz desmanteló ayer un total de tres chabolas del poblado anexo al Pancho Camurria a través de un operativo desarrollado por parte de las Concejalías de Servicios Sociales, Servicios Municipales y Seguridad (agentes de la Unipol) en el que la discreción fue la nota predominante de los trabajos. En este caso, la intervención fue ampliada al desalojo de casetas de campañas que estaban instaladas en el perímetro del pabellón deportivo, justamente el que se encontraba enfrente del poblado.

El derribo de las tres casetas viene justificado por la corporación por no estar ocupadas (señala que sus "propietarios" están fuera de la Isla o han dado su conformidad), aunque destacan que en la actualidad quedan en pie diez estructuras que son ocupadas por un total de 12 personas. Se da la circunstancia de que en una de ellas habitaba una persona que es usuaria habitual del Albergue, y que volverá a él.

Si bien el operativo estaba previsto para las 08:00 horas, fue un cuarto de hora más tarde cuando los técnicos del área de Servicios Sociales se concentraron en el centro del poblado junto a los agentes de policía para comprobar que no había nadie en el interior de las chabolas. Este trabajo "despertó" al resto de personas que vivían en las otras casetas (un total de 12 personas) que vieron, y temieron por un momento, que la cosa también fuese con ellos.

De manera profesional, y con la colaboración y predisposición de uno de los habitantes que había en el interior de una de las chabolas afectadas, los operarios de Servicios Municipales empezaron a desmontar poco a poco las estructuras. En este caso, las tres estaban chapadas, con palés de madera que hacían las veces de tabiques entre el exterior y las habitaciones, y cuyos techados estaban hechos con materiales metálicos y otro tipo de chapas, todo ello forrado con plásticos de grandes dimensiones.

Lógicamente la tarea se iba a prolongar por la gran cantidad de material que contenía y por las dimensiones de una de las chabolas, de unos 40 metros cuadrados aproximadamente.

Mientras tanto, en el exterior tanto los técnicos del área como los agentes de la Unipol recorrían los espacios preocupándose del resto de los usuarios. Esa acción también implicó una invitación expresa a los dueños de varias casetas de campaña que se refugiaban en el exterior del Pancho Camurria, que fueron finalmente desalojados.

García confirma que las tres casetas estaban sin ocupar

El concejal de Servicios Sociales, Óscar García, explicó ayer que la corporación ha derribado las casetas denominadas 11, 21 y 22. Sobre ello explicó que "las casetas c-11 y c-21 están sin ocupar desde hace varios meses", añadiendo que "sus ocupantes se encuentran en su país de origen (Nigeria). Actualmente no son refugios ni dan cobertura a ninguna persona y se han quedado como almacenes". El máximo responsable del área resaltó la situación de la c-22, "que tampoco estaba ocupada por su propietario", que ya encontró alternativa de alojamiento "y nos autorizó, en su día, verbalmente, a la retirada de la caseta". En este caso, esa chabola estaba ocupada por una persona usuaria del CMA (albergue), que aceptó abandonar la caseta. "Es una persona conciliadora y entendemos que volverá a residir en el CMA", añadió. Óscar García indicó que "en vista de la situación de las tres referidas casetas, de los informes y criterios técnicos y del seguimiento que la UMA está llevando a cabo en el asentamiento, creemos que fue el momento oportuno para derribar tres las casetas".