El Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife ha suscrito hoy el convenio de colaboración con la cadena de supermercados Dinosol para la implantación de la tarjeta social de alimentos dirigida a personas sin recursos.

"Con esta implantación vamos a reemplazar el actual sistema de prestaciones económicas por un modelo más ambicioso y útil para los usuarios", ha asegurado el alcalde de la capital tinerfeña, José Manuel Bermúdez.

Los usuarios de las actuales prestaciones de alimentos comenzarán a disfrutar de este nuevo sistema "antes de que finalice el año", que operará con una duración inicial de dos años, prorrogables por idéntico periodo.

No obstante, ha advertido Bermúdez, la entrada en funcionamiento de la nueva tarjeta social no sustituirá el servicio de distribución solidaria de alimentos que coordina Bancoteide con las 46 organizaciones de reparto de todo el municipio.

Asimismo, ha recordado que en 2017 las ayudas de alimentación procedentes del ayuntamiento supusieron el pago de cerca de 14.000 prestaciones económicas con una inversión pública superior a los 1,3 millones de euros.

En relación a 2018, el consistorio prevé un repunte "moderado" de las prestaciones, que podrían oscilar entre las 14.300 y las 14.500.

En el primer semestre del año se tramitaron 6.600 ayudas por unos 670.000 euros de importe, ha explicado el director gerente del IMAS, Gilberto Leandro, "pero nos estamos dando cuenta de que hay un repunte, no muy significativo, que hará que cerremos el año con mayores ayudas de alimentos que las que dimos el año pasado".

Entre los artículos accesibles a través de la nueva "Tarjeta Básica" se encuentran productos de alimentación, de higiene personal y de limpieza, y por primera vez, la opción de adquirir productos frescos perecederos como carne, pescado, verdura y fruta.

"Con esta alianza vamos a poder dar mayor dignidad y calidad de servicios a muchas familias que todavía lo demandan", ha aseverado el director de Planificación y Proyectos de Dinosol, Fernando Cruz.

La tarjeta también contará con un sistema electrónico para la discriminación de productos, y quedarán excluidos expresamente el tabaco y las bebidas alcohólicas.

Físicamente, la tarjeta no llevará ningún distintivo ni señal de proceder de los servicios sociales, de forma que se proteja la reserva los usuarios.

"Con esta tarjeta no solo se normaliza, sino que se invisibiliza esa distinción en función de las necesidades que en un momento dado puede tener una persona", ha apuntado la primera teniente de alcalde, Zaida González.

Las cuantías previstas oscilan entre los 100 y los 150 euros por familia, incrementándose su dotación en proporción al número de miembros de cada unidad familiar, ha precisado Cruz.

Dinosol deberá entregar las tarjetas a la Concejalía de Atención Social en un plazo no superior a cinco días, salvo en los casos de urgencia, que el plazo será de dos días.

Los usuarios podrán acudir a los establecimientos de la empresa colaboradora independientemente de su distrito de residencia y tendrán los mismos derechos que cualquier otro cliente, aunque no podrán adquirir los productos excluidos, y no tendrán acceso ni al servicio de reparto a domicilio ni a la compra online.

No obstante, las personas con movilidad reducida acogidas al programa, o que por otras circunstancias no puedan acudir a los establecimientos, recibirán gratuitamente los alimentos en su domicilio, con la condición de que el valor de los productos representará un porcentaje de la cuantía mensual total, que oscilará entre mínimos del 51 y el 71 por ciento.

"Creo que esta tarjeta es un gran avance, porque facilita a personas que ya tienen la vida difícil, poder obtener una ayuda de forma más sencilla", ha concluido Bermúdez.