Después de catorce años parado, pues había dejado de funcionar en 2004, el antiguo reloj del Mercado Nuestra Señora de África ha vuelto a ponerse en hora, tras un minucioso trabajo de restauración.

Ayer, el área municipal de Patrimonio Histórico, encargada de financiar la reparación, que costó unos 2.000 euros, presentó la obra, que ahora se expondrá en el patio central de la Recova.

La restauración fue ejecutada por Avelino Moreno, restaurador de la Unidad de Relojes Históricos del Cicop, y se desarrolló a lo largo de los últimos siete meses en las dependencias del Museo Municipal de Bellas Artes.

El reloj fue fabricado en torno al año 1940 en la fábrica Viuda de Murua, de Vitoria, y cuenta con una esfera de latón con números árabes y una maquinaria de fabricación industrial.

La maquinaria cuenta con un sistema motriz de pesas, de un día de duración y sonería a horas y a medias, con una campana y sistema de rueda de caracol. "Son joyas que hay que recuperar. Lo más fácil es que acaben en las chatarras", reconoció Moreno.

Para la rehabilitación se contó con la colaboración del Archivo Militar de Canarias, que aportó documentación, pues, como se recordará, el Mercado se construyó a iniciativa del Mando Económico de Canarias.

Durante la presentación del mecanismo, el alcalde, José Manuel Bermúdez, se felicitó por la rehabilitación de una pieza histórica del patrimonio municipal y su exposición en coincidencia con el 75 aniversario del Mercado Nuestra Señora de África.

"Hoy podemos decir que el Mercado funciona como este mismo reloj, muy bien, afirmó.

En esta línea, la concejal de Patrimonio Histórico, Yolanda Moliné, explicó que la iniciativa se enmarca en un programa para la puesta en valor de lo relojes históricos que se ubican en edificios municipales, como los que existen también en el Palacio de Carta o en la antigua Escuela de Artes Aplicadas en Ireneo González.

Mientras, la presidenta de la Recova, Estefanía Hernández, se mostró "encantada" de poder exponer al público una parte de la historia del Mercado y que este constituya un atractivo más.

La restauración del reloj se dividió en tres fases. En primer lugar, se desmontó por completo la máquina para el tratamiento individual de cada una de sus piezas, eliminación de la suciedad, óxidos y lubricantes secos.

Luego se revisó cada una de esas piezas para detectar posibles desgastes, deformaciones, roturas o falta de alguna de ellas que, en su caso, se repararon.

Finalmente se restauró la capa pictórica del bastidor y se procedió al montaje, engrasado y puesta a punto de la máquina, para la puesta en marcha del reloj.