El secretario general federal de la federación de enseñanza de UGT (FETE-UGT), que se ha reunido estos días con sus compañeros de Canarias, considera que la enseñanza postobligatoria -Formación Profesional y Bachillerato- constituye una prioridad en un momento en que la crisis económica se ceba con especial dureza en los trabajadores sin cualificación y en que los datos de abandono temprano se alejan cada vez más de los objetivos marcados por la Unión Europea.

-Su visita a Canarias coincide con la polémica generada por la reforma de la FP operada por el Gobierno autónomo.

-Si analizamos los informes de las instituciones internacionales, vemos que hay dos elementos preocupantes. Uno es que la FP tiene en España la mitad de matrículas que la Unión Europea, un 23% frente a un 49%. El otro es la cantidad de alumnos que no adquieren el título de Bachillerato, más de un 30%. La FP tiene que ser una de las prioridades. Hay que aumentar las matriculaciones y cualificar a los alumnos, especialmente en un momento de crisis económica. Sería un camino para salir fortalecidos de ella.

-¿Qué opinión le merecen, en ese sentido, los planes del Ejecutivo canario?

-Las medidas que toma el Gobierno canario son preocupantes. No sé cuál es el objetivo que se persigue, pero no van encaminadas a mejorar la cualificación profesional y aumentar la matrícula. Si se cierran ciclos formativos por razones económicas, quitamos posibilidades de que los alumnos se matriculen. La Logse dignificó la FP. Cada vez se habla menos de que acoge a los alumnos que fracasan en el Bachillerato. Los datos están ahí: el 76% de los estudiantes que titulan en FP se insertan en el mercado laboral y el 12% de los que tienen una titulación universitaria hacen ciclos de grado superior para encontrar trabajo. Esto demuestra que la FP está funcionando. Volver a un sistema que consiste en dividir los centros en FP, sean integrados o no, y Bachillerato es una mala idea, y algunos pasos que da el Gobierno canario hacen entender que le gusta ese sistema dual. Es un error.

-¿Qué orientación hay que darle a estas enseñanzas?

-Hay que hacer más atrayente la FP. Queremos que crezca el número de alumnos que se formen en centros de trabajo en países europeos, de forma similar a los Erasmus universitarios. Hemos dicho al Ministerio que convenie con las autonomías un aumento del presupuesto. También hemos planteado que haya becas específicas para FP. Muchos de los alumnos que dejan la FP lo hacen porque les atraen trabajos que suelen ser en precario, pero que les proporcionan un dinero. La única forma de evitar esta tentación es que tengan posibilidades económicas mientras cursan la FP.

-La gran novedad de este curso son los programas de cualificación profesional inicial (PCPI).

-Son un elemento clave. Queremos que estén en todos los centros sostenidos con fondos públicos, incluidos los concertados. Los PCPI están pensados para la inserción laboral de primer nivel o para recuperar a los chicos para el sistema educativo. Mal haríamos si terminasen acogiendo a los alumnos conflictivos. No cumplirían el objetivo previsto. Hay alumnos que tienen dificultades de seguir el proceso de aprendizaje de un instituto y necesitan estos PCPI para su inserción laboral. Si metemos en ellos a los alumnos difíciles por otras razones, distorsionaremos estos programas.

-¿Qué responsabilidad le atribuye al empresariado en el bajo nivel de cualificación que se da en España?

-Hay campos productivos, como los servicios, donde se recurre a mano de obra sin cualificación o con poca cualificación. Se ahorra dinero, porque los salarios son mínimos, y se merma la posibilidad de formación. Planteamos a las consejerías y al Ministerio que se necesita un espacio de reflexión sobre la enseñanza postobligatoria. Hay que implicar a la sociedad en la FP, incluidos los empresarios, pero también necesitamos esa reflexión para el Bachillerato.

-¿Cuáles son los motivos de estas cifras?

-El Bachillerato está muy comprimido en dos cursos. Nosotros apoyamos el real decreto que daba la posibilidad de un curso más flexible entre los dos de Bachillerato, de forma que aquellos estudiantes a los que les resulta dificultosa la cantidad y profundidad de materias pudieran ver favorecido en tres cursos su proceso de aprendizaje y obtuvieran el título. El Tribunal Supremo, por una denuncia de la patronal de la enseñanza privada, que ha priorizado sus intereses empresariales sobre el bien del alumno, ha desautorizado esta posibilidad. Hemos pedido al Ministerio que introduzca cambios legislativos que lo permitan. La mayoría de los países de la UE, salvo cuatro -entre ellos España-, imparten el Bachillerato entre tres y cuatro años. Si tenemos peores resultados que ellos, algo tendrá que ver.