El Papa sostiene que "La Iglesia en Estados Unidos está comprometida con la protección de la dignidad humana y el respeto inalienable a la vida desde el momento de la concepción hasta la muerte natural" y "el derecho a la objeción de conciencia por parte del personal sanitario y de todos los ciudadanos".

Benedicto XVI hizo esa defensa en el discurso que dirigió al nuevo representante de EEUU ante la Santa Sede, el teólogo Miguel Humberto Díaz, que ayer le presentó sus cartas credenciales en la residencia de Castel Gandolfo y ante quien expresó su satisfacción por la decisión del Consejo de Seguridad de la ONU, a instancia del presidente Barack Obama, de promover la reducción de los arsenales nucleares.

El Obispo de Roma subrayó el interés de la Santa Sede en mantener con EEUU un diálogo fructífero y de colaboración en el campo de la promoción de la dignidad humana, el respeto de los derechos humanos fundamentales y el servicio a la justicia, la solidaridad y la paz.

El Papa Ratzinger se refirió también en su discurso a la crisis económica actual y dijo que ésta exige una "clara revisión" de las actuales estructuras políticas, económica y financieras para garantizar el desarrollo integral de la persona.

"Se necesita un modelo de globalización inspirado en un auténtico humanismo, en el que los pueblos del mundo se vean no sólo como vecinos sino también como hermanos", dijo.