Francisco Javier Plasencia Rodríguez (Hermigua, 1962) se define como senderista y parrandero desde chiquito. Oficial de primera de la empresa Vitamina C, fábrica especializada en la producción de biquinis y bañadores, con sede en El Mayorazgo, se vio privado de afición por salir por los montes el día que le amputaron sus dos piernas. "Soy diabético y sufrí una seria infección", explicó ayer a EL DÍA. Gracias al correo electrónico que le remitió un amigo, en el que le explicaba que era posible que volviera a hacer senderismo porque había una sillas de ruedas especiales, volvió a recuperar su contacto con la naturaleza, con excursiones a Las Mercedes, La Pista La Higuera, La Esperanza o Molinos de Viento, en Arico... Preguntado sobre si le produce vértigo o miedo el depender de los pilotos para sortear los senderos, asegura: "¿Miedo? No hay miedo. Nosotros somos el comando del vacilón. La gente te trata de maravilla. Lo que sí me pasa e que tengo un poco de apuro, porque estoy un poco grueso y vez como la gente se sacrifica". Como demostración de la buena relación que se teje entre pilotos y pasajeros, Francisco Javier atendió a este periódico mientras uno de los compañeros de Montaña para todos lo recogía para salir rumbo a El Sauzal para ensayar. La buena relación que se establece los participantes lleva a Francisco Javier a definir la experiencia como "de la más linda" del mundo. La próxima cita, el día 22 en Montaña Roja, en el Sur.