El obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte, se despidió ayer de los fieles de su diócesis denunciando y rechazando en su homilía los "prejuicios tenaces" que pesan sobre ella "en ámbitos cívicos y en algunos círculos eclesiales". Uriarte presidió en la catedral del Buen Pastor un oficio religioso que sirvió de despedida de los fieles de Guipúzcoa y que fue concelebrado por el obispo emérito de San Sebastián, José María Setién, y el obispo emérito de Baiona, Pierre Moleres.

En su homilía, Uriarte hizo una "apología" de la Iglesia de Guipúzcoa frente a las "imágenes distorsionadas e interesadas que sobre ella circulan en ámbitos cívicos y algunos círculos eclesiales", al tiempo que expresó su deseo de que su sucesor, José Ignacio Munilla, "redescubra y potencie la riqueza que el Espíritu ha ido dejando en su viña de Guipúzcoa".

El prelado lamentó que en dichos ámbitos se haya descrito a este territorio como "una tierra espiritualmente empobrecida, escasa en vigor apostólico, no muy cuidadosa en la formulación de su fe y en la disciplina eclesial, debilitada en su relación con otras iglesias locales y escorada en sus afinidades políticas". "No la conocen en realidad. Albergan prejuicios tenaces sobre ella", sentenció.

Einstein decía que es más difícil desintegrar un prejuicio que desintegrar el átomo", añadió.

Ante estas visiones negativas, el mitrado mantuvo que nunca ha vivido en una diócesis en la que "el sentimiento de pertenencia, de sintonía y colaboración de muchos religiosos sean tan estrechos como en ésta", y valoró la implicación de los laicos en la Iglesia.

En su opinión, los fieles de Guipúzcoa albergan "tres nobles preocupaciones": "la búsqueda tenaz de la paz, la ayuda extraordinariamente generosa al Tercer Mundo y la acogida humana y espiritual a los inmigrantes".

"No, ésta diócesis no se merece la visión peyorativa que bastantes parecen complacerse en airear. A quienes juzgan sin conocerla quiero decirles: venid y ved. Y verán si sus ojos no están demasiado cargados por el prejuicio mental o por sentimientos negativos", proclamó Uriarte ante cientos de fieles.