Benedicto XVI dijo hoy en el santuario de Fátima, durante la tradicional procesión nocturna de las velas y rezo del rosario, que la humanidad "sufre y está herida" y que la fe corre el riesgo de apagarse en muchas partes del mundo, para el que imploró la paz y la concordia.

Ante decenas de miles de fieles, miles de ellos españoles, que desafiaron el frío y la humedad reinante en esta localidad del centro de Portugal, el Papa bendijo las miles de velas que portaban los presentes y recitó el rosario en la Capilla de las Apariciones.

"Traigo conmigo las preocupaciones y las esperanzas de nuestro tiempo y los sufrimientos de la humanidad y los problemas del mundo y vengo a ponerlos a los pies de la Virgen de Fátima", afirmó el Pontífice.

El Obispo de Roma imploró a la Virgen que interceda "para que toda la familia de los pueblos, tanto los que se distinguen con el nombre de cristianos, como los que ignoran todavía al Salvador, vivan en paz y concordia".

Benedicto XVI manifestó también que en amplias regiones de la tierra la fe "corre el riesgo de apagarse como una llama que no es más alimentada" y que la prioridad de los cristianos es hacer que Dios esté presente en el mundo "y abrir a los hombres el acceso a Dios".

"No tened miedo de hablar a Dios y de manifestar sin vergüenza los signos de la fe, haciendo resplandecer a los ojos de vuestros contemporáneos la luz de Cristo", agregó el Papa.

Tras el rezo del Rosario, el cardenal secretario de estado, Tarcisio Bertone, ofició una misa en la explanada del santuario mariano.

Benedicto XVI volverá mañana a la explanada del santuario de Fátima para oficiar una misa, a la que se esperan asistan más de medio millón de fieles, en la jornada en que se conmemora la primera de la seis apariciones de la Virgen a los tres niños videntes en 1917.