El hombre acusado de contagiar el sida a su mujer y a su hija ha rechazado hoy que ocultara a su pareja que padecía esta enfermedad mientras que ésta ha asegurado que él siempre negó este hecho durante su convivencia.

La Fiscalía ha pedido hoy 20 años de prisión para Rodrigo M.L. por dos delitos de lesiones con agravante de parentesco en el juicio que se ha celebrado en la Audiencia Provincial de Madrid a puerta cerrada, mientras que la acusación que ejerce su ex mujer, Eva María S.R., ha solicitado 24 años de cárcel y su defensa, la absolución.

"Lo que tenga que pagar va a ser poco", ha asegurado a los periodistas Eva María antes de comenzar el juicio, que ha quedado visto para sentencia.

Según la fiscal, Rodrigo mantuvo una relación de pareja con Eva en 1996, cuando ésta tenía 19 años, siendo "pleno conocedor" de que estaba infectado con el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) y era portador de anticuerpos y sin que comunicara su enfermedad a la joven y ni usara método de protección alguno.

Eva S.R. se quedó embarazada y dio a luz en mayo de 1997 a una niña que poco después cayó gravemente enferma. Durante su ingreso en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid se descubrió que la pequeña estaba infectada de sida y se procedió a realizar un estudio médico familiar que arrojó que la madre estaba infectada y el padre también, asegura la Fiscalía.

Tampoco en ese momento el acusado comunicó a su pareja que ya sabía de su enfermedad, explica la Fiscalía.

Ambos contrajeron matrimonio en 1999 y se divorciaron cuatro años después mientras que el 5 de enero de 2004 el acusado obtuvo el reconocimiento de la paternidad de la menor.

Eva María ha señalado que su ex marido negaba tener el sida y que, cuando le preguntaba por la medicación que tomaba, éste afirmaba que era para el páncreas.

Durante su declaración, según ha dicho su letrada al término de la vista, la mujer ha explicado las "secuelas tremendas" que su hija soporta por la medicación que debe tomar y que debe acudir constantemente al hospital para someterse a pruebas.

La letrada, María José Morell, ha indicado que la mujer no se querelló hasta 2005 contra Rodrigo M.L. porque no había reunido la documentación precisa para "saber a ciencia cierta que su pareja le había engañado", mientras que el abogado de la defensa considera que se trata de una venganza porque él había conseguido poco antes un régimen de visitas de la hija.

"Los años que estuvieron casados él le seguía negando que tuviera sida y ella se lo quería creer o se lo creía", ha agregado Morell.

Por su parte, el abogado de la defensa, Borja Vila, ha sostenido que su cliente es inocente y que el contagio de la enfermedad no fue deliberado y que, además, no hay pruebas que demuestren que fuera el transmisor, por lo que ha solicitado su absolución.

Subsidiariamente, ha pedido al tribunal que si condena a su defendido, lo haga por un delito de lesiones imprudentes y no dolosas, como solicita la Fiscalía y la acusación particular, lo que implicaría que ya habría prescrito, al haber transcurrido más de 5 años desde los hechos hasta la admisión a trámite de la querella.