El profesor del Departamento de Geografía de la Universidad de La Laguna participó en el curso "Desarrollo económico y biodiversiad: ¿es posible?" con una conferencia en la que quiso poner en valor las iniciativas turísticas concebidas alrededor de la cultura del vino.

Tal y como explicó, el perfil del turista actual es más exigente, por lo que ya no basta con ofrecer un buen alojamiento, sino que hay que ofrecer productos diferenciados: "El viajero del siglo XXI desea vivir experiencias, y el enoturismo se las puede proporcionar". En Canarias se han empezado a dar los primeros pasos en este ámbito, como iniciativas como la "Guagua del Vino" que unifica los municipios de Tegueste, La Laguna, Tacoronte, El Sauzal o La Orotova, o la división temática que se ha realizado en La Palma.

Consideró muy positivas estas iniciativas como punto de inicio, pero abogó por un modelo que unifique el enoturismo con el senderismo, que permita al viajero realizar a pie los desplazamientos necesarios. Puso como ejemplo la experiencia que se lleva realizando desde hace años en la comarca de El Priorat (Tarragona), en la que se han recuperado los caminos tradicionales para conectar pueblos y localizaciones relacionadas con el vino. Propuso una visión compleja e integradora del enoturismo, pues según su idea, no basta con limitarse a llevar a los viajeros a visitar una bodega y luego llevarlos a comer.