El concejo municipal de la ciudad de Oakland, en California (oeste de Estados Unidos), aprobó un plan que permitirá el cultivo en gran escala de marihuana y su comercialización.

El concejo decidió la medida que permitirá la producción, el procesamiento y el empaquetado de la hierba por cinco votos contra dos y una abstención.

Al final, se impuso el criterio de quienes ven en la medida una importante fuente de ingresos y empleos para la ciudad.

La decisión se adoptó tras un largo debate en el que representantes de los pequeños cultivadores se quejaron de que estos tradicionales productores iban a quedar relegados del negocio.

Según el diario The San Francisco Chronicle, los concejales tomaron en cuenta los temores de los cultivadores de cannabis en pequeña escala y prometieron que establecerán antes de fin de año reglas más específicas para las plantaciones pequeñas y medianas.

El gobierno de Estados Unidos calcula que la producción de marihuana en el país creció de casi 1.000 toneladas en 1981 a unas 10.000 toneladas en 2006.

El sitio Drugscience.org, que promueve la reforma de las leyes federales sobre el cannabis, indica que la producción nacional de marihuana tiene un valor de unos 35.800 millones de dólares, esto es, más que las cosechas combinadas de maíz y trigo.

Los miembros del concejo municipal de Oakland y los promotores de la regulación de los cultivos de marihuana consideran que la mejor política es una legalización que generará recaudaciones para el gobierno, y que asegurará que se cumplan los códigos sobre seguridad de edificios, incendios y normas laborales.

"Es importante realmente que Oakland sea una parte vital del crecimiento y desarrollo de establecimientos que operan con licencia", indicó, por ejemplo, la concejal Rebecca Kaplan.

Los adelantados en el negocio, los que lidiaron con dificultades cuando la marihuana era ilegal, creen que los cultivos en gran escala hundirán los costos y deteriorarán la calidad del cannabis que los votantes de California definieron en 1996 como una planta medicinal.

El crítico más influyente de las nuevas normas fue Steve DeAngelo, propietario del Centro de Salud Harborside de Oakland, el mayor dispensario de marihuana médica en el país.

Su clínica compra marihuana de unos 500 cultivadores diferentes y por eso Harborside ofrece alrededor de 100 variedades en cualquier momento. DeAngelo opina que los permisos y regulaciones llevarán a operaciones de gran escala que reducirán las variedades.

Las normas otorgarán permisos para cuatro granjas de cultivo de marihuana bajo techo, aunque no limitarán el tamaño de las fábricas; no obstante, éstas estarán fuertemente reguladas y pagarán altos impuestos.