Según un estudio del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) un 27% de los españoles considera que los inmigrantes abusan de la sanidad y casi un tercio cree que causan una disminución de la calidad de la atención sanitaria. Pero, "los inmigrantes utilizan un 40% menos de recursos sanitarios que los españoles", según indicó ayer durante el Congreso de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) el doctor José Luis Martincano.

"Diferentes estudios demuestran

que la percepción de la población inmigrante de su estado de salud muestra que es positiva en un 42,3% de los casos y el 61% considera que en España su salud es mejor o mucho mejor que en su país de origen", dio a conocer.

El inmigrante acude por término medio a la consulta de atención primaria con cinco veces más frecuencia que a los hospitales, pero la mitad de la población (55,9%) diagnosticada con alguna enfermedad no había tenido ningún control en los últimos seis meses.

Según Martincano, los motivos de consulta y morbilidad prevalente entre los inmigrantes son similares a los de la población general, con algunas particularidades propias del patrón epidemiológico de los países de origen, "siendo los problemas más frecuentes las enfermedades infecciosas, los accidentes laborales y los trastornos psiquiátricos", explicó el doctor.

En el caso de los inmigrantes, una gran parte de su patología va a depender de la situación socioeconómica, tanto en el país de origen como en el de acogida, y es por eso por lo que se deben descartar procesos universales frecuentes en estos grupos de población y con implicaciones directas en la salud pública como la tuberculosis, las hepatitis víricas y las enfermedades de transmisión sexual (ETS), incluyendo la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).

"La posibilidad de importar una enfermedad foránea, es infrecuente, y en la mayoría de los casos, cuando se detectan se trata de enfermedades importadas por viajeros autóctonos y no por inmigrantes. El caso más frecuente está siendo el paludismo", añadió.

Según expertos de Seergen, más importantes son las consecuencias del hecho de la inmigración (choque cultural, desarraigo, exclusión) y de la adopción de los estilos de vida de la población en la que se integran, lo que les provoca patologías que en sus países de origen nunca hubiesen desarrollado.