El 31 de diciembre es el día del año que más recaídas registra por alcohol y drogas, según dos expertos. Además, después de las fiestas de Navidad, se producen las incidencias más graves en personas con trastornos de la conducta adictiva.

"Las fiestas navideñas son una época donde las recaídas aumentan, e incluso se ha visto que el día 31 de diciembre es donde más recaídas se producen", afirmó el psicólogo experto en adicciones y director de PSICOHEALTH, José Antonio Molina.

"No hay una estadística concreta -prosiguió Molina-, pero a nivel observacional, en las consultas de Gran Canaria, se observó cómo se habían disparado las recaídas después del día 31. Es un análisis sólo a nivel observacional, pero los psicólogos que trabajamos en adicciones lo observamos".

"No hay estudios concluyentes, pero la experiencia que tenemos todos los profesionales que trabajamos con conductas adictivas es que en Navidad, en Semana Santa y en el mes agosto es cuando más recaídas se suelen producir", añadió el vicepresidente de la Sociedad Científica Española de Estudios sobre el alcohol, el alcoholismo y otras toxicomanías, Josep Guardia Serecigni.

"Y después de estas fiestas, ya sabemos que asistiremos las incidencias más graves dentro de las personas que toman alcohol y drogas. Lo más grave de la patología médica, psiquiátrica y adictiva lo vamos a ver precisamente después de fin de año y Reyes", puntualizó Serecigni, que es también consultor senior en psiquiatría de la Unidad de Conductas Adictivas del Hospital de la Santa Cruz y San Pablo de Barcelona.

Para explicar este incremento en las recaídas Molina destacó que "es una época en la cual los excesos están permitidos socialmente, pero no sólo para las personas que tienen adicciones. Cualquier persona en general compra más, se gasta más dinero comprando, suele comer más, juega más y suele beber más alcohol".

"En estas fiestas parece que el consumo de bebidas alcohólicas va asociado inevitablemente y es probable que haya una tendencia a que cada vez haya una mayor vinculación hasta el punto de que, en general, la gente ya no pueda concebir estas fiestas sin ingerir alcohol", advirtió Serecigni.

"Esto -continuó el vicepresidente de la sociedad- sitúa a las personas con problemas de adicción en una situación muy adversa. Ellos mismos consideran que no pueden hacer una vida normal simplemente por el hecho de que no puedan tomar alcohol o tengan que restringir su consumo".

De hecho, muchos de los pacientes en tratamiento por esta problemática podrían interrumpir su tratamiento.