El ministro alemán de Sanidad, el liberal Philipp Rössler, ha enviado una circular a las industrias químicas y farmacéuticas de este país para que no suministren a Estados Unidos medicamentos sedantes para su uso en la ejecución de condenados a muerte.

Un portavoz del ministerio confirmó hoy el envío de la carta por parte del titular alemán de Sanidad en la que se pide, apoyado también por las asociaciones de médicos alemanas, el boicot al suministro de determinados productos a EEUU por motivos de conciencia.

El mensaje hace referencia a la legislación alemana contraria a la pena de muerte y advierte contra un "uso inadecuado" del narcótico sedante tiopental sódico, a la vez que pide a las industrias del sector que "no se atienda a pedidos" destinados finalmente a la ejecución de reos.

El ministro reconoce, sin embargo, que no hay posibilidades legales de prohibir un suministro de ese tipo y que solo podría llegarse a vetar su exportación mediante una modificación de la legislación sobre comercio exterior, algo que compete al ministerio de Economía.

La compañía farmacéutica Hospira, la única en Estados Unidos que elabora el fármaco utilizado en las inyecciones letales para las ejecuciones por pena de muerte en este país, anunció la semana pasada que ha paralizado la producción del químico.

La empresa explicó que las autoridades de Italia, un país donde tiene una planta en la que manufactura el tiopental sódico, han requerido a la farmacéutica que asegure que el producto no se utiliza para llevar a cabo ejecuciones, según un comunicado de la compañía.

La compañía, la única que hasta ahora producía el sedante, que comercializa como Pentothal y que es un anestésico utilizado entre otros productos químicos en las inyecciones letales en Estados Unidos, señaló que la decisión de paralizar la producción del fármaco es consecuencia de que no está capacitada para prevenir su uso en las ejecuciones.