Un grupo de científicos ha declarado estar cerca de lograr un objetivo de 200 años de antigüedad que consiste en crear un sistema universal de medición basado en cantidades estables, al avanzar con el cambio de la definición del kilogramo.

El kilogramo es la única unidad de base en el Sistema Internacional de Unidades que aún se define por un objeto físico: un prototipo de platino e iridio que se almacena en una caja de seguridad de la Oficina Internacional de Pesas y Medidas (BIPM), en Francia.

La estabilidad del kilogramo es crucial porque conforma la base desde la cual se obtienen muchas otras unidades de peso.

Pero mediciones realizadas hace más de 100 años sugieren que la masa del prototipo internacional habría cambiado unos 50 microgramos -el tamaño de un pequeño grano de arena- lo que ha impulsado al BIPM a intentar desarrollar una nueva definición basada en una propiedad física fundamental, tal como sucede con todas las demás unidades del Sistema Internacional.

Los científicos se reunen esta semana en la academia nacional de ciencia de la Royal Society de Gran Bretaña para presentar sus avances en la redefinición del kilogramo a partir de lo que llaman "la constante de Planck", una constante fundamental de la física cuántica.

"Se ha logrado consenso internacional de que en el futuro cercano el kilogramo sea redefinido en base a un valor fijo de la constante de Planck", indicó en un comunicado Michael Stock, físico del BIPM.

Stock dijo que los investigadores han estado realizando experimentos para establecer una relación entre la masa y la constante de Planck a través de la comparación de mediciones de la energía eléctrica y mecánica.

No obstante, la nueva definición del kilogramo no puede efectuarse hasta que coincidan los resultados de las pruebas, realizadas en laboratorios de todo el mundo, explicó el físico.

El Sistema Internacional de Unidades es el sistema de mediciones más ampliamente usado en el mundo, tanto para el comercio como para la ciencia. Está conformado por siete unidades de base -metro, kilogramo, segundo, amperio, kelvin, candela y mol-, de las que cada una representa una cantidad física diferente.

El origen del sistema puede rastrearse en Francia en el siglo XVIII y se lo reconoció internacionalmente como el plan métrico estándar desde la década de 1960.

El metro fue definido alguna vez como la distancia entre dos líneas de un prototipo de platino e iridio, pero actualmente se define por la velocidad de la luz.