El Gobierno de Nueva Zelanda anunció hoy que permitirá la entrada en sus puertos de los barcos del grupo ecologista Sea Shepherd, que ha obligado a Japón a suspender la actual temporada de caza de ballenas en la Antártida.

El anuncio se produce al día siguiente de que las autoridades japonesas pidieran a Australia, Nueva Zelanda y Holanda que tomen medidas para frenar al grupo ecologista y les prohíba atracar sus barcos en sus territorios.

El ministro de Exteriores neozelandés, Murray McCully, señaló a la Radio Zealand que su país no tiene motivos para restringir la entrada de los barcos de los activistas y añadió que no tiene jurisdicción sobre lo que ocurre en alta mar.

"No podemos jugar a ser policías, no tenemos autoridad legal para actuar contra ninguno de ellos", sentenció McCully.

Los barcos Sea Shepherd atracan de forma regular en puertos de Australia y Nueva Zelanda, al tiempo que dos de las naves navegan con bandera de Holanda.

El pasado miércoles, la Agencia nipona de Pesca anunció que, tras varios choques con los activistas, la flota ballenera en la Antártida suspendía la actual temporada de caza, que comenzó en diciembre y debía concluir en marzo.

Sea Shepherd comenzó su campaña contra los balleneros nipones en aguas de la Antártida en 2005 y desde entonces ha saboteado la pesca de los cetáceos con prácticas como abordajes, el lanzamiento de ácidos corrosivos o el encadenamiento de sus activistas a los barcos.

Integrada por cuatro navíos, la flota japonesa ha capturado esta temporada 170 ballenas minke, frente a la cuota de 850 que tenía establecida, y dos ballenas azules, frente a una cuota de 50.

Japón defiende que la caza se realiza por motivos científicos, aunque la carne de ballena se consume abiertamente en los restaurantes del país.