Las plantas se vengarán esta primavera de los males provocados por los seres humanos -el cambio climático y la contaminación- expulsando unos pólenes mucho más agresivos y que amenazan con quedarse más tiempo pululando por la atmósfera.

Los expertos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) advirtieron ayer de que el elevado índice de contaminación que han sufrido algunas ciudades españolas en febrero alterará la fisiología de las plantas, sometidas a un gran estrés, lo que hará más dañinos los pólenes. El doctor Francisco Feo afirmó que para los seis millones de alérgicos esta será una "primavera más larga" y dura de llevar, no solo por la polución, sino también por los efectos del cambio climático.

Fenómenos extremos

Entre ellos, se refirió a los fenómenos meteorológicos extremos, como lluvias intensas y tormentas, o frío alternado con temperaturas muy altas, lo que provoca una "prolongación de la temporada polínica, adelantando su inicio y retrasando su finalización". Los alérgicos comenzarán a notar los síntomas en marzo, "aunque será en abril, mayo y junio cuando estos se agudicen".

La polinización será intensa en el centro y sur peninsular, con 5.400 granos de pólenes por metro cúbico de aire -una media diaria de 200 gramos por metro cúbico- y más moderada en el resto de España.

Como todos los años, el agente que causará una sintomatología más importante será el polen de gramíneas, el más alergénico y de mayor distribución en España.