La altura media de la órbita de la Estación Espacial Internacional (EEI) fue elevada hoy en 800 metros con ayuda de los propulsores del segundo carguero europeo, el Johannes Kepler, con el fin de evitar una colisión con fragmentos del satélite ruso "Cosmos-2251".

"Los motores de la nave, adosada al módulo ruso Zvezdá, se pusieron en funcionamiento a las 06.36 hora de Moscú (02.36 GMT) y aumentaron la velocidad de vuelo de la estación en 0,5 metros por segundo", informó un portavoz del Centro de Control de Vuelos Espaciales (CCVE) de Rusia a la agencia Interfax.

Agregó que "como resultado de la maniobra para evitar la basura espacial, la altura media de la órbita de la EEI fue elevada en 800 metros".

Por su parte, la NASA señaló que los fragmentos del "Cosmos-2251" se desprendieron como consecuencia del choque con el satélite estadounidense "Iridium" en febrero de 2009.

La altura media de la órbita del laboratorio espacial fue elevada el pasado 18 de marzo también con ayuda de los propulsores del Johannes Kepler en 3,7 kilómetros, con el fin de crear las condiciones óptimas para el acoplamiento el próximo día 7 de la Soyuz TMA-21 y del transbordador Endeavour el 21.

Habitualmente la altura promedio de la EEI oscila entre los 360 y los 330 kilómetros.

Pero la plataforma pierde entre 100 y 150 metros de altura cada día debido a la gravitación terrestre, la actividad solar y otros factores, lo que obliga a corregir de manera periódica su órbita.

La actual tripulación permanente de la EEI está integrada por el cosmonauta ruso Dmitri Kondrátiev, la estadounidense Catherine Coleman y el italiano Paolo Nespoli, a los que se sumarán en breve los rusos Andréi Borisenko y Alexandr Samokutiáyev y el astronauta de la NASA Ronald Garan.