Un vecino los vio en el coche

En su declaración del pasado lunes, Salvador Morales aseguró que Isabel Canino lo llamó ese 21 de marzo para desayunar y ella acudió a la cafetería donde quedaron. En la sesión de ayer, Rayco, un vecino de Isabel y compañero de trabajo de la pareja, aseguró que cuando salía esa mañana de su domicilio, en torno a las 10:30 horas, para acudir a la peluquería, vio pasar el coche de la víctima. "Salvador conducía el coche de Isabel, y ella iba en el asiento del copiloto. Salían de su casa. Los vi bien", aseguró.

la cafetería

Estuvo tres veces en el mismo bar

Según explicó una de las camareras que trabajaban ese día en la cafetería en la que el acusado estuvo con Isabel, la mañana del 21 de marzo de 2009, Salvador Morales acudió a las 8:00 horas al local con su esposa, sus dos hijas y otro joven. En torno a las 11:00 horas, el acusado regresó a la cafetería en compañía de Isabel Canino. Según la testigo, Isabel salió primero y luego él. Sobre las 16:00 horas, el presunto autor de la muerte de Canino regresó al local para firmar un contrato de arrendamiento con una compañera de trabajo.

amiga de isabel

Acudía a casa de May a preguntar

Isabel Canino ha sido descrita como una persona con carácter afable y muy amable, pero pese a ello se le conocían pocos amigos, a excepción de May, la joven con la que iba a pasar ese fin de semana en el Sur. May señaló que Isabel le decía que quería deshacerse de Salvador, pero que él no la dejaba. También aseguró que el acusado acudía a su casa a preguntar por Isabel. En una ocasión, escuchó una conversación telefónica entre ambos, y él negaba que la maltratase y nunca vio que le levantara la voz.

la vecina

Una noche salió muy asustada

La segunda sesión del juicio contó también con la declaración de una vecina de Isabel, N.R., quien relató que en el verano de 2008 oyó gritos de Isabel. "Ella bajó corriendo a la calle" y fue a casa de N.R., a quien le dijo: "Un día me va a dar un golpe que me va a dejar en el sitio". La conductora de Titsa "tenía un pánico terrible", y fue a casa de Eladia Canino a dormir, no sin antes pedirle a su vecina "que si en una hora no vuelvo, llama a mi hermana". La testigo explicó que esa noche Isabel "tenía el cuello rojo".