Un centenar de personas realiza esta mañana una cacerolada ante el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife para solidarizarse con una albañil en paro que lleva cuatro días en huelga de hambre ante el edificio municipal, y para protestar por la política que se hace desde la corporación.

La concentración comenzó hacia las 10.27 horas y mientras un grupo de jóvenes entraba con pancartas para protestar mientras se celebra el último pleno municipal de este mandato, otros ciudadanos protestaban ante la sede de la corporación con pancartas en las que se podían leer lemas como "¡golfos¡", "Lo llaman democracia y es botín".

Los jóvenes que entraron en el palacio municipal salieron pocos minutos después mientras sus compañeros gritaban "¡chorizos", mientras a pocos metros Manuel Garfias mantiene su cuarto día de huelga de hambre para reclamar atención municipal después de que haya gastado todos los ahorros tras meses en paro.

Manuel Garfias, de 44 años, asegura además que ha sido humillado por los concejales Ignacio González (CCN) y Antonio Bello (CC), y critica que su situación se debe a la "falsa crisis, pues los banqueros siguen ganado dinero".

Afirma que Ignacio González le ha prometido un puesto de trabajo y reconoce que en una ocasión enviaron a su casa una compra por importe de 63 euros pero en la que no había "ni pescado, ni carne, ni fruta ni verdura" y señala que Antonio Bello le ha amenazado con enviar a la policía local para que lo echen del lugar.

Manuel Garfias insiste en que su protesta sólo tiene dos posibilidades de terminar "cuando se cumplan las promesas" de empleo o "muerto".

La previsión es que la cacerolada termina cuando lo haga la sesión plenaria municipal y las personas que participan en las protestas han anunciado que hoy realizarán otra protesta en la plaza de La Candelaria de la capital tinerfeña, y que mañana harán una sentada ante el Parlamento de Canarias.