Los suelos típicos del monte gallego están entre los mas ricos del mundo en presencia de carbón vegetal y tienen su origen en los fuegos de origen antrópico (producidos por el hombre), que se registraban ya desde hace más de 6.000 años, lo que sugiere prácticas para aclarar el monte para el ganado.

Así lo desvela un trabajo realizado por el investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas Joeri Kaal, que figura en su tesis "Identificación, caracterización molecular y significado de los residuos de fuego en los suelos coluviales de Campo Lameiro", cuyo contenido ha sido difundido hoy por el CSIC.

Según el estudio, la "cultura del fuego" tiene sus raíces profundamente establecidas en la historia de Galicia, ya que la práctica del fuego para manejar el monte viene de la prehistoria y nunca dejó de ser una herramienta importante.

El informe del investigador de una unidad del CSIC asociada a la Universidad de Santiago revela que los suelos típicos del monte gallego están entre los mas ricos del mundo en presencia de carbón vegetal.

La investigación se realizó tomando como muestra suelos del Parque Arqueológico de Arte Rupestre de Campo Lameiro (Pontevedra), que reveló que entre el 30 y el 40 por ciento de su materia orgánica deriva de residuos de incendios acontecidos en los últimos 6.000 años.

La zona investigada cuenta con petroglifos reconocidos en toda Europa y en ella se han tomado en torno a 200 muestras.

El CSIC informa en un comunicado de prensa de que es la primera vez que se realiza en Europa un estudio tan exhaustivo para reconstruir el contexto ambiental del arte rupestre para poder reconocer la relación entre la presencia humana y los cambios del medio ambiente relacionados con este importante fenómeno prehistórico.

El objetivo de la tesis era hacer una reconstrucción paleoambiental, con el fin de establecer los cambios en el paisaje en este contexto arqueológico.

Los suelos típicos de los montes de Galicia se denominan a nivel científico Ranker Atlántico y son, según el CSIC, archivos físicos de los cambios ambientales en los que quedaron registradas las transformaciones en la vegetación, el clima o la erosión, entre otras.

"Se formaron a través de ciclos de erosión/sedimentación desde la primera mitad del Holoceno (última época geológica del periodo Cuaternario), tienen un intenso color negro, un elevado espesor, un alto contenido en materia orgánica y se desarrollan principalmente en sustrato granítico", explica Joeri Kaal, quien indica que estos suelos poseen entre el 30 y el 40 por ciento de la materia orgánica en todos los niveles.

"A grandes rasgos, hasta aproximadamente el año 4.000-3.500 Antes de Cristo, la vegetación en Campo Lameiro se caracterizaba por ser un bosque abierto de roble caducifolio, en un hábitat con herbáceas, helechos y arbustos en el sotobosque, pero, a partir de este periodo, se produjo una perturbación en la vegetación, una regresión del bosque y una expansión del matorral compuesto por brezo, madroño, tojo y retama", concluye.