En las Cañadas del Parque Nacional del Teide, a 2.200 metros de altitud, 170 apicultores trabajan con 3.000 colmenas para producir mieles únicas en el mundo, compuestas con el polen del tajinaste rojo y de la retama del Teide, dos especies endémicas de la zona.

Entre mayo y octubre los apicultores ubican sus colmenas en el Parque Nacional del Teide, ya que es una época en que las condiciones meteorológicas son las óptimas y es cuando hay una gran afloración, expuso el colmenero Anastasio González.

González explicó que su trabajo consiste en colocar la colmena y subir "dos o tres días" a la semana para revisar que "todo está bien" y esperar a que "las abejas hagan su trabajo" para después quitarles la miel.

Una vez sacan la miel de las colmenas, los abejeros la llevan a la Casa de la Miel para que se analice y se le pueda garantizar al consumidor que es una miel de Tenerife y de calidad, apuntó el gerente de la fundación dependiente del Cabildo Tenerife Rural, Jorge de Miguel.

Otro procedimiento que se sigue en la Casa de la Miel es caracterizar el elemento, un procedimiento en el que se observa si es una miel monofloral o multifloral, que depende de si las abejas han libado en uno o varios tipos de flores, explicó De Miguel.

Debido a que las abejas "tienen libertad" y tienen la capacidad de desplazarse hasta dos kilómetros para conseguir polen, los apicultores acuden "con incertidumbre" de saber qué miel es y no resuelven su duda hasta que se realizan los análisis polínicos, admitió Anastasio González.

En la Casa de la Miel también realizan un tratamiento "muy mecánico y básico a la miel", básicamente la sacan de los panales, la filtran para quitarle las impurezas y la envasan, afirmó el gerente de Tenerife Rural.

De Miguel resaltó la importancia de que la Casa de la Miel no trata con calor, como hacen otras casas comerciales de Tenerife, lo que permite que todas las propiedades de la miel se mantengan intactas.

La Fundación Tenerife Rural se encarga por último de promocionar y comercializar la miel, añadió De Miguel, para que los apicultores se dediquen a hacer "lo que saben y les gusta" y en la fundación y la Casa de la Miel hacen el resto.

El tajinaste rojo y la retama del Teide son dos especies endémicas que se encuentran en el parque nacional y sus radiaciones son una muestra importante de la evolución de la flora en Canarias, indicó Marcelino Del Arco, catedrático de Botánica en la Universidad de La Laguna.

El tajinaste rojo, que tiene una morfología en la que destaca un enorme cono vestido de flores rojos, se caracteriza porque una vez que florece muere y se regenera mediante las semillas que ha producido, indicó Del Arco.

Añadió que el tajianste rojo sirve de modelo de la radiación adaptativa insular, ya que a partir de un ancestro se han originado tipos morfológicos muy diversos.

La retama del Teide es otra especie endémica del parque nacional, en donde se encuentra de forma relativamente masiva, aseguró Marcelino Del Arco.

Explicó que pertenece a un grupo de retamas de carácter mediterráneo y tiene su ancentro en plantas similares.

Se supone, agregó, que a Tenerife llegó una retama inicial que dio origen a dos retamas distintas, ambas endémicas, una en la zona de medianías y otra en la cumbre, característica de los matorrales secos y subhúmedos.