La polémica ley de responsabilidad penal del menor "ha sido muy criticada por gente que no la ha leído", según Javier Urra, psicólogo y ex Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, que ayer impartió, en el marco de la XIX edición de la Universidad de Verano de Adeje, la charla "Educar a los adolescentes para una buena socialización".

"Hay que ponerse más del lado de las víctimas", opinó Urra, para quien el problema reside en que España carece de una ley que garantice la atención a este colectivo. Sin embargo, matiza que "no hay que permitir que la víctima legisle". "Para valorar si una ley es dura, no solo hay que pensar que la víctima es tu hijo, sino también ponerse en el lugar del padre del agresor".

"Como ciudadano y padre, ocho años de cárcel para alguien que ha violado o matado me parece insultante, pero como experto no lo tengo tan claro: para un chaval de 16, ocho años son la mitad de lo que lleva vivido y son centrales en su vida", argumentó.

A juicio de este especialista, que preside la Asociación Iberoamericana de Psicología Jurídica, la legislación en España es "muy buena". No obstante, y ante las voces que reclaman una reforma de la ley del menor -que, en rigor, ya ha sido modificada en dos ocasiones-, se mostró partidario de "tirar" esta norma "y empezar de nuevo, sabiendo que saldría casi la misma", apostilló con ironía, pues no existe margen para tener un texto muy distinto del actual.

Sobre las propuestas lanzadas para cambiar la norma en el sentido de rebajar la edad penal, como alguna que ha realizado el Partido Popular, Javier Urra dijo no tener problemas al respecto, pero precisó que, de materializarse, significarían "un gran fracaso social".

La ley de responsabilidad penal no evita las conductas delictivas, sino que tiene carácter sancionador. Por ello, la ley realmente importante es, advirtió Urra, la de protección jurídica de la infancia, actualmente en trámites en el Parlamento, que regula aspectos como el acogimiento y la adopción y que sí puede prevenir las situaciones de riesgo. Sin embargo, de esta ley "no se habla", lamentó el conferenciante.

La educación centra buena parte de las preocupaciones de Javier Urra sobre los adolescentes. Aunque, a su entender, "el sistema educativo funciona bien en general y el profesorado es bueno y se cualificará aún más con el Plan Bolonia", es necesario "filtrar el porcentaje de docentes que no son vocacionales". En cuanto a los padres, les recomendó que apoyen a los responsables educativos, pero afirmó que "no pueden convertirse en equívocos abogados de los niños", defendiéndolos y respaldándolos ante sus profesores sea cual sea su actitud.

Escuela y familia no son los únicos ámbitos en que se educan los menores. Lo hacen también en internet, las redes sociales y en su entorno en general. La pregunta que cabe plantearse, según Urra, es "para qué educar". Una de las respuestas es "para manejarse en la información" -dado que el exceso de ésta no se traduce en conocimientos- y para adquirir capacidad crítica, "que no para ser criticones", matizó Urra. "No se educa en los sentimientos. Los hombres somos en eso unos auténticos analfabetos", sentenció.

La ejemplaridad se sitúa, para Javier Urra, en un lugar central de los procesos de enseñanza y aprendizaje. "Se educa mucho con el ejemplo. No se puede decir a un niño que no haga botellón e ir puesto de coca", expuso. En este sentido, aconsejó a quienes así actúan que "se miren al espejo y se avergüencen".

También se cuestionó el psicólogo sobre la conveniencia de "ser tolerantes con los intolerantes" y, en este sentido, se contestó con contundencia: "Ni un paso atrás en los derechos. No podemos correr el riesgo de volver a una sociedad medieval". A riesgo de ser "políticamente incorrecto", expresó su categórica oposición al uso en los colegios de atuendos como el velo islámico y señaló que "no se pueden cambiar las actitudes si no existen valores".

MEDIOS

"La gente mayor está asustada"

Los medios de comunicación no solo no son un estorbo para la educación de los jóvenes, sino que han mejorado mucho en el tratamiento de asuntos como los menores de edad y han contribuido a difundir la conciencia social sobre problemas como la violencia de género, aseguró ayer Javier Urra, que no consideró conveniente dejar de informar sobre ellos, como han propuesto algunos responsables políticos. Sin embargo, también generan cierto alarmismo. "Se hacen sucesos. Yo soy mayor, pero no viejo, y la gente mayor piensa que va a pasar algo", dijo el psicólogo, que también se refirió a "algunos programas de televisión muy demandados, que se critican mucho pero se ven". En relación con estos espacios, animó no a prohibir, pero sí a reflexionar, "sobre por qué ciertos personajillos se convierten en modelos". "Estar siempre hablando de la entrepierna, o de asuntos más graves, como supuestos maltratos que ocurrieron hace veinte años y son indemostrables... Si yo fuese periodista no permitiría que las cosas siguieran por ese curso", observó Urra desde su experiencia de muchos años como colaborador de los medios informativos.