La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) afirmó ayer que la mitad de los abuelos españoles dedica una media de seis horas al día al cuidado de sus nietos, una actividad que suelen hacer de forma voluntaria y con agrado.

Este colectivo facilitó los datos los con motivo de la celebración del Día de los Abuelos, haciéndose eco, a su vez, de una encuesta elaborada el pasado año por el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad.

Sin embargo, para esta sociedad, en algunos casos estas personas tienen la sensación de realizar una jornada laboral a tiempo completo y se sienten forzadas a hacerse cargo de sus nietos.

La SEGG detalla en una nota de prensa que estos cuidados deben suponer una actividad placentera para el abuelo y para el nieto, pero "nunca convertirse en una carga", ya que el mayor a veces se siente sobrepasado por las distintas tareas a realizar.

Esta situación, a la larga, puede generar en los abuelos problemas de estrés, ansiedad o depresión, sobre todo en los que dedican el tiempo a los niños en detrimento de sus necesidades.

"Si los abuelos de España se pusieran en huelga, el país de paralizaría", dijo en el comunicado el presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles, Ignacio Busqueras, quien explicó que los mayores se desviven por sus nietos y "ocupan en múltiples ocasiones el papel que corresponde a los padres, quienes por sus horarios de trabajo no pueden atender" en esas horas a sus hijos.

Según la SEGG, la decisión de dejar a los niños con sus abuelos no es solo económica, sino que también está basada en la confianza en los mayores.

Los primogénitos suelen coincidir en que sus hijos con quien mejor están es con sus abuelos, mientras que a éstos los niños les hacen sentir más vivos y útiles, ya que, además de ayudarlos a combatir su soledad, les permite vivir una "segunda paternidad", aseguró la misma fuente.

La SEGG recordó, asimismo, que hay que tener presente que los mayores tienen derecho a disfrutar de "su vida y de su tiempo" y que algunos, aunque no lo digan, disponen de menos fuerzas para cuidar de los niños, pero también que los padres no deben impedir el contacto entre sus hijos y los abuelos.