La presidenta del Organismo Autónomo de Museos y Centros del Cabildo de Tenerife, Amaya Conde, y el director del Museo de Ciencias Naturales de Tenerife, Lázaro Sánchez-Pinto, presentaron hoy [jueves 22] una exposición sobre las restingolitas de El Hierro en las que se exhiben varios ejemplares de este nuevo material volcánico, desconocido hasta el momento.

Son consecuencia de la erupción volcánica submarina que comenzó el pasado 10 de octubre frente a las costas de La Restinga. Los análisis realizados indican que se trata de un producto volcánico desconocido hasta el momento. Por esta razón, la Asociación Volcanológica de Canarias (AVCAN) ha propuesto el nombre de restingolitas para este material, esto es, ''piedras de La Restinga'', y así se han popularizado a través de los medios de comunicación.

Las restingolitas son oscuras por fuera y blancas por dentro, y flotan porque pesan menos que el agua del mar. Tienen el aspecto de bombas volcánicas, con formas más o menos globosas, la mayoría entre 10 y 30 centímetros de diámetro. Contienen una gran cantidad de gases atrapados a alta presión, que son liberados cuando alcanzan la superficie del mar, de ahí el aspecto de piedras flotantes que desprenden humo.

Su corteza exterior oscura tiene una textura vítrea. Se trata de basanita, un vidrio volcánico formado por el rápido enfriamiento de los primeros piroclastos basálticos expulsados por el volcán submarino. El espesor de esta costra es variable, desde pocos milímetros hasta varios centímetros. Al ir ascendiendo hacia la superficie, se van adhiriendo fragmentos del mismo material, formando protuberancias de diferente tamaño y aspecto.

El interior es un material de color blanco níveo a grisáceo, de textura porosa. La parte sólida está compuesta por sílice (SiO2) en un 65-70% o más, y forma una estructura reticular. Esta red engloba innumerables vesículas diminutas, que le confieren el aspecto de espuma rígida. El volumen que ocupan las vesículas es del 90%, lo que indica un elevado contenido en gases que se expandieron durante el ascenso. En la mayoría de las muestras también se observan unas bandas negras y deformadas a modo de plegamientos, cuya composición química es parecida a la de la corteza exterior.

Sin embargo, el origen del material blanco aún no está claro. Algunos geólogos creen que se trata de riolita, un tipo de magma traquítico rico en sílice, que produce erupciones muy explosivas. En este caso, sin embargo, solo se habría manifestado en las primeras fases de la erupción y, además, en cantidades insignificantes comparadas con el resto de material basáltico expulsado hasta el momento.

Según otra hipótesis, la masa blanca no tiene su origen en la actual erupción submarina, sino en antiguos sedimentos depositados en el fondo marino. En ambos casos, el material blanco habría sido arrancado del lecho marino por la violencia de la erupción y sus fragmentos envueltos por el magma basáltico juvenil, formando las restingolitas que ascendieron hasta la superficie del mar por su alto contenido en vapor de agua y otros gases.

Los piroclastos flotantes que han ido apareciendo posteriormente, son más grandes y están huecos. Al carecer del material blanco interno, no pueden ser considerados restingolitas, ya que su estructura y composición química son diferentes.