El bloguero más popular de China, Han Han, con 500 millones de visitas y casi un millón de seguidores, cosechó esta semana elogios de la prensa del régimen y críticas de los intelectuales tras confesar una alineación política cercana a Pekín.

Con sus tres últimos artículos "Sobre la democracia", "Sobre la revolución" y "Sobre la libertad", el escritor y corredor de autos ha puesto punto final a tres años de ambigüedad intelectual e ironías que la disidencia entendía como un guiño, y el poder censuraba de manera quirúrgica para evitar la ira de las masas.

"Mi punto de vista es muy simple: No queremos una revolución violenta. Una Revolución de Terciopelo no tendrá lugar en China. La democracia perfecta no aparecerá en China. No tiene sentido frustrarse soñando con democracia y libertad en nuestros estudios. La reforma es la mejor respuesta", señala Han Han, de 29 años.

El bloguero se responde así a una serie de preguntas de un interlocutor ficticio después de un año en el que la disidencia china ha sufrido su mayor número de bajas en una campaña masiva de detenciones por parte de Pekín para frenar cualquier atisbo de algo parecido a la "Primavera Árabe".

La confesión de Han Han, considerado como el bloguero más seguido del mundo, se produce pocos días después de que se registraran protestas civiles en la provincia meridional de Cantón por expropiaciones de tierras y contaminación, una tendencia que irá en aumento según los observadores.

"Por supuesto, es importante presionar a los dirigentes. Pero por desgracia, cooperar con ellos es incluso más importante", asegura el escritor, quien descarta una revolución pacífica en China como la que Vaclav Havel llevó a cabo en Checoslovaquia a comienzos de los años 90 del siglo XX, el modelo que siguen intelectuales como el Nobel de la Paz Liu Xiaobo.

"Entiendo que muchos intelectuales y académicos en China estén enamorados de la Revolución de Terciopelo (como se conoce al proceso de cambios de Checoslovaquia). Incluso están emocionados en secreto con la idea de convertirse en un Havel", asegura Han Han, en clara referencia al preso político Liu y sus seguidores.

Han Han asegura que el nivel de sus conciudadanos no es suficiente para asumir el sufragio universal, que la "necesidad de democracia no es tan urgente como los intelectuales creen" porque el Partido Comunista es la única formación capaz de comprar votantes y, dado su tamaño, con 80 millones de afiliados, representa al pueblo.

Mientras en el ensayo sobre la libertad aboga por la de expresión como una batalla personal, en materia de revoluciones, compara China con Oriente Medio y las protestas de este año y asegura que en su país "nada es tan incendiario para desatar la ira pública".

Desde que Han Han publicara el lunes estas opiniones las críticas y las alabanzas se han disparado, respectivamente, en las redes sociales y en la prensa del régimen.

El artista disidente Ai Weiwei, que pasó en verano 81 días bajo arresto ilegal y era seguidor confeso de Han Han, expresó en su blog su decepción: "Es tendencioso y degradado, ¿se ha rendido de forma voluntaria? Sería un buen articulista del ''Global Times", señaló en referencia al diario del régimen.

Según Ai Weiwei, la ideología de Han Han es cercana a la de las autoridades chinas, y el estilo de los artículos "carece de honestidad y es demasiado conformista".

Mientras los críticos, incluidos los diarios independientes de Taiwán y Hong Kong, se preguntan por qué precisamente en un momento de revoluciones y protestas incluso en territorio chino el bloguero ha decidido confesar su moderación, Han Han se ha convertido en objeto de adoración de la maquinaria propagandística.

El columnista Zhang Yiwu, del "Global Times", asegura que sus comentarios "demuestran su comprensión de la realidad y complejidad de los problemas de China. Es un cambio desde una crítica instintiva hacia una reflexión racional".

El editor del rotativo, Hu Xijin, aplaude que Han Han finalmente reconozca que el Partido Comunista representa al pueblo.

Por su parte, el padre de Han Han, Han Renjun, también ha acudido a socorrerlo: "Por lo menos mi hijo ha intentado comentar sobre asuntos que la mayoría de la gente no se atreve".