El Papa ha pedido a los cristianos que transformen sus cruces "en sacrificio libre y responsable" de amor a Dios y a los hermanos y conviertan su participación en la Eucaristía en "la cima de toda su oración", durante la audiencia general de los miércoles celebrada en el Aula Pablo VI y a la que han asistido 4.000 personas.

La oración de Jesús en la Última Cena fue el tema de la catequesis de este miércoles. Así, el Pontífice ha recordado que el telón de fondo temporal y emocional de la cena en que Jesús se despide de sus amigos es la inminencia de su muerte, que siente ya muy cerca. Además, ha explicado que, en esos días, la vida del pueblo judío estaba marcada por la próxima Pascua, memorial de la liberación de Israel de Egipto.

No obstante, según ha señalado, la Última Cena se inserta en este contexto con una novedad: "Jesús quiere vivirla con sus discípulos de una forma completamente diversa y especial; es su Cena y en ella da algo totalmente nuevo, se entrega a sí mismo. De esta forma celebra su Pascua, anticipa su Cruz y su Resurrección".

El núcleo de la Cena, según ha añadido, son los gestos de partir el pan, distribuirlo y compartir el cáliz del vino, con las palabras que los acompañan, algo que se convierte en la Eucaristía que es, según ha apuntado el Papa, "la gran oración de Jesús y de la Iglesia". Se trata, según ha agregado, de la transformación del pan y el vino en el Cuerpo y la Sangre de Jesús.

Benedicto XVI ha precisado que los gestos que hizo Jesús eran tradicionalmente los gestos de hospitalidad del dueño de la casa hacia sus invitados, pero ha puntualizado que en la Última Cena adquieren "una profundidad nueva", es decir, que Cristo da "una señal visible de la acogida a la mesa en que Dios se entrega.

"Consciente de su muerte ya próxima, ofrece anticipadamente la vida que le será arrebatada y de este modo transforma su muerte violenta en un acto libre de entrega de sí por los demás y a los demás. La violencia padecida se transforma en un sacrificio activo, libre y redentor", ha asegurado.

Pero en la Cena, Cristo también reza por sus discípulos, que a su vez serán sometidos a duras pruebas, y con esa plegaria, según ha concretado Benedicto XVI, "sostiene su debilidad, su dificultad para comprender que el camino de Dios pasa a través del Misterio pascual de muerte y resurrección, anticipado en la oferta del pan y el vino".

Por todo ello, ha indicado que, al participar en la Eucaristía "se vive de una forma extraordinaria la oración que Jesús pronunció para que el mal, que todos se encuentran en la vida, no venza". "En la Eucaristía, la Iglesia responde al mandamiento de Jesús ''Haced esto en conmemoración mía''".

Al final de la catequesis, el Papa ha saludado en diversos idiomas a los peregrinos presentes y se ha dirigido especialmente a los jóvenes, los enfermos y los recién casados. "Queridos jóvenes, vivid con alegría vuestra pertenencia a la Iglesia, que es la familia de Jesús. Queridos enfermos, que la gracia del Bautismo alivie vuestros sufrimientos y os ayude a ofrecerlos a Cristo por la salvación de la humanidad. Y vosotros, queridos recién casados, (...) fundad vuestro matrimonio en la fe, recibida como don el día de vuestro bautismo", ha destacado.

En la audiencia también han participado artistas de varios circos, que realizaron una breve actuación para el Papa. Además, los dependientes del Jardín Zoológico de Roma (Bioparco) y sus familias han mostrado al Papa un ejemplar de cocodrilo cubano, en representación de los 1.200 animales que viven en el parque y como testimonio de la obra de salvaguardia y educación ambiental desarrollada por la estructura.