Las regiones del Ártico registraron el año pasado las temperaturas más altas de los últimos cincuenta años, informó hoy el director científico del Instituto de Investigaciones del Ártico y la Antártida ruso, Alexandr Danílov.

"El año 2011 fue el más cálido en el Ártico de los últimos cincuenta años, con 3 a 4 grados centígrados por encima de la media anual de temperaturas. Existen ya consecuencias visibles de esos cambios", lamentó el científico en rueda de prensa citado por las agencias rusas.

Por contra, y a pesar del calentamiento global que en opinión de muchos expertos experimenta el planeta, en la Antártida el volumen de hielo ha aumentado en 2011 hasta cifras récord, según el director del Instituto de Geografía de la Academia de las Ciencias de Rusia, Vladímir Kotliakov.

"Se trata de un bien para la humanidad, ya que de esta forma se controla el nivel del crecimiento de los océanos", subrayó el investigador.

Con estos datos en mano, el director del museo del Ártico y la Antártida, Víctor Boyarski, duda mucho de las conclusiones que se sacan en la actualidad acerca del calentamiento global.

"La temperatura media en la Antártida es incluso más baja de la que era, y en el Ártico también hace frío. A quiénes hablan del calentamiento global los invito a ir allí y comprobarlo por sí mismos", dijo Boyarski.

El Centro Hidrometeorológico de Rusia (CHR), sin embargo, advirtió el pasado domingo que la masa total de los hielos árticos se ha reducido en el 55 % en comparación con el promedio registrado en los años 80 y 90 del siglo pasado.

Este proceso, según los meteorólogos rusos, afecta incluso las capas de hielo más antiguas y más gruesas, lo que en opinión de los científicos amenaza la supervivencia de los osos polares, especie que aún sin deshielo se halla en peligro de extinción.

La población de estos animales se estima actualmente en entre 20.000 y 25.000 individuos.