Los ancianos se alimentan mejor cuando viven en su casa o con sus familiares que cuando son ingresados en hospitales y residencias, y, por ello, el reto que se plantea a los servicios sociales es poder prestarles una adecuada atención domiciliaria, también en lo que a nutrición se refiere.

Ésta es una de las conclusiones que han puesto hoy sobre la mesa expertos en Geriatría como Federico Cuesta, del Hospital Universitario Clínico San Carlos, Javier Gómez Pavón, del Hospital Cruz Roja San José y Santa Adela, y la doctora Elena Alonso, especialista en Nutrición y Bromatología.

Todos ellos han participado en la jornada "Alimentación y salud en el entorno geriátrico", organizada por la Cátedra Tomás Pascual Sanz y la Universidad CEU San Pablo, donde han confesado que la gran mayoría de las personas mayores en España quiere vivir en su domicilio salvo en contadas excepciones.

En este foro han dado a conocer los resultados de un estudio realizado por la Fundación Edad y Vida a 1.475 ancianos que viven institucionalizados -en residencias u hospitales-, y que revela que casi la mitad se encuentran en riesgo de desnutrición, si bien su perfil es de mayor dependencia que el de los que están en casa.

En concreto, un 15,8% de estos mayores sufre desnutrición, un 45,2% está en riesgo de padecerla y sólo un 38 por ciento presenta un estado nutricional normal.

Frente a estos datos preocupantes, tan solo un 3% de la población anciana que vive en la comunidad -en su casa o con sus familiares- no está correctamente alimentada, según otro análisis llevado a cabo entre 1.700 mayores por el Colegio de Farmacéuticos.

"A la hora de plantear las opciones para una persona mayor hay muchas posibilidades, pero es fundamental respetar sus decisiones y la mayoría quieren estar en su casa salvo en casos contados", ha comentado el doctor Cuesta.

En su hogar, ha proseguido, las personas de la tercera edad pueden mantener sus costumbres y los contactos familiares y sociales, lo que les ayuda a comer mejor.

Los expertos han coincidido en que, para que un anciano pueda continuar viviendo en su domicilio, es necesario "un cierto rango de seguridad" y "un buen apoyo de todo el desarrollo sociosanitario", especialmente ante problemas de salud, demencias o aislamiento.

En estos casos, como ha apuntado Gómez Pavón, se plantean otras opciones como las ayudas a domicilio, con cuidadores que les puedan cocinar, el transporte de comidas a las viviendas o, incluso, que los ancianos se trasladen al centro de día.

Así, han argumentado, se consigue que la persona se mantenga en su casa pero que pueda alimentarse en un entorno más especializado.

La doctora Alonso ha explicado que la desnutrición en edades avanzadas puede deberse a muchos factores, entre ellos, la peor absorción de nutrientes en el intestino, la pérdida de piezas dentales, los cambios en la sensibilidad a los sabores dulces o salados o a la disminución del apetito causada por medicamentos.

Para los especialistas, una de las causas que más influye en la capacidad del anciano para alimentarse de una forma adecuada es la soledad.

Han recomendado además a los centros y a los profesionales que intenten involucrar a los familiares en el control de la dieta de los mayores, vigilen su hidratación y presenten los platos de forma atractiva.

En opinión de los geriatras, se debería ofrecer más información sobre nutrición a las personas mayores y a sus cuidadores, detectar los grupos de riesgo, establecer un diagnóstico "precoz y adecuado" y mantener entre los profesionales "un alto índice de sospecha".