Una abogada francesa ha presentado una denuncia por irregularidades en las finanzas de la empresa PIP, acusada de haber fabricado unas prótesis mamarias no conformes a la ley, informó ayer el diario Le Figaro.

Según la letrada Christine Ravaz, que también representa a algunas de las pacientes afectadas por esos implantes, el fundador de la empresa Poly Implant Prothèses (PIP), Jean-Claude Mas, declaró una falsa quiebra de la sociedad para evitar pagar indemnizaciones a las víctimas.

El rotativo asegura que la Fiscalía de Marsella, en el sureste de Francia, abrirá en los próximos días una investigación sobre estos hechos.

La investigación se suma a la abierta en el Tribunal de la misma ciudad por un presunto fraude en la fabricación de los implantes, que ha provocado problemas de salud en algunas pacientes.

PIP utilizaba en sus prótesis un gel industrial no homologado por las autoridades francesas, que provocó roturas de algunos implantes e irritaciones en pacientes.

Además de Mas, la denuncia presentada ahora engloba también a su compañera sentimental, Dominique Lucciardi, y su hijo Nicolas, todos ellos acusados de "bancarrota fraudulenta, organización fraudulenta de insolvencia y blanqueo agravado".

Aunque jurídicamente correspondería a PIP pagar las indemnizaciones a las víctimas de los implantes, el liquidador judicial lo rechaza por estar la empresa en quiebra, indica Ravaz.

"Es intolerable que el Estado o la Seguridad Social tengan que pagar", asegura la letrada.

La abogada considera que Mas ocultó los enormes beneficios que obtuvo de la comercialización de los implantes, que actualmente llevan unas 300.000 mujeres en todo el mundo. De ellas, 30.000 son de Francia, donde por el momento se han registrado 3.000 denuncias.

La letrada entiende que cada denunciante puede ser indemnizada con unos 10.000 euros, por lo que si todas piden indemnización serían necesarios 3.000 millones de euros, mucho más de los 10 millones de pasivo que posee la empresa, según el liquidador.

Una red empresarial montada entre Luxemburgo y Estados Unidos permitió a Mas, según Ravaz, "blanquear los fondos de las estafas cometidas".

El fundador de PIP declaró a la policía que sus únicos ingresos actuales son los 1.650 euros de pensión que cobra. Sin embargo, según "Le Figaro", los policías comprobaron que vivía en una impresionante mansión en el sureste de Francia.