Investigadores españoles han descrito el funcionamiento de un nuevo tipo de anticuerpo que protege contra el virus respiratorio sincitial (VRS), responsable de infecciones respiratorias graves como la bronquiolitis o la neumonía, que cada año afectan globalmente a unos 34 millones de niños menores de cinco años.

Este virus, tan agresivo que el diez por ciento de los enfermos requiere hospitalización, es similar al de la gripe, por lo que puede infectar a las personas varias veces en la vida.

Además, el VRS también provoca infecciones respiratorias graves en adultos, sobre todo en ancianos y personas con el sistema inmune debilitado, como por ejemplo los receptores de trasplantes de médula ósea.

La investigación, cuyos resultados se publicaron ayer en la revista científica "Proceedings of the National Academy of Sciences" (PNAS), es obra de un equipo de científicos del Instituto de Salud Carlos III y del CIBER de Enfermedades Respiratorias y liderado por los investigadores José Antonio Melero y Concepción Palomo.

Cuando el virus entra en contacto con la célula que va a infectar, la proteína F se dispara, "como una catapulta", y se pega a la célula fusionando las membranas del virus con las de la célula, explica Melero.

De este modo, la proteína F conecta al virus con el interior de la célula, que es donde debe llegar el material genético del virus para replicarse y producir más virus.

Según Melero, el único tratamiento existente contra el virus VRS es el Palivizumab, un anticuerpo extraído de ratones inoculados con el virus y "humanizado" gracias a la manipulación genética.

Este anticuerpo, que se cultiva en laboratorio y se comercializa, impide que la proteína F se active y que, por tanto, se produzca la infección, pero su elevado coste económico obliga a restringir su uso a los casos de riesgo muy grave de infección por VRS, normalmente niños prematuros o con deficiencias cardiopulmonares congénitas.

Por ello, la búsqueda de tratamientos alternativos a los existentes en la actualidad es una necesidad imperiosa.

Este hallazgo, observado en 2005 y descrito ahora, abre nuevas posibilidades para el desarrollo de vacunas eficaces frente al VRS o el desarrollo de otros anticuerpos alternativos al Palivizumab con los que combatir las infecciones que causa este importante patógeno humano.

El próximo reto de este equipo será obtener estos anticuerpos en el laboratorio mediante manipulación genética, explica Melero.

Y aunque aún es pronto para aventurar hipótesis, es posible que la misma tecnología usada para el desarrollo de anticuerpos contra el VRS sirva también para otros virus relevantes para la salud humana o animal, razón por la que los resultados de este trabajo fueron objeto de una patente presentada a finales del pasado mes de julio.