El presidente del Consejo General del Notariado, Manuel López Pardiñas, ha asegurado hoy que los notarios pueden ahorrar mucho trabajo a los juzgados, no sólo oficiando bodas y divorcios como ha previsto el Gobierno, sino con otros trabajos como el arbitraje mercantil.

En un encuentro con la prensa en Bilbao, López Pardiñas ha afirmado que la ley de mediación y jurisdicción voluntaria anunciada por el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, que atribuirá a los notarios nuevas competencias en materia de matrimonios y divorcios, ayudará a paliar la crisis que vive este colectivo.

Los notarios -un colectivo de tres mil personas en España, en cuyas notarías trabajan en total dieciséis mil personas- están sufriendo las consecuencias de la crisis económica y especialmente de la inmobiliaria, hasta el punto de que han bajado su facturación hasta un 70 por ciento en algunas zonas.

López Pardiñas ha explicado que todavía no conocen los detalles, como el coste, de la ley anunciada por el ministro que les permitirá asumir matrimonios y divorcios de mutuo acuerdo.

"Está verde", ha admitido López Pardiñas, quien ha recordado que todavía se deben fijar cuándo los divorcios podrán realizarse ante notario; por ejemplo, si será posible en los casos en que existan hijos menores de edad.

El presidente de los notarios ha explicado que ésta es solo una de las funciones que podrían asumir y que contribuirían al desatasco de los tribunales.

También podrían dedicarse, según ha dicho, a los arbitrajes y mediaciones, un mecanismo en el que los ciudadanos confían poco y en el que, a su juicio, tendrían más confianza si los hiciera un notario, que es un funcionario público.

Los notarios, ha explicado López Pardiñas, podrían mediar o arbitrar en casos de empresas con problemas entre dos socios, o de dificultades de un empresario con un suministrador, asuntos que ahora acaban en los tribunales -España es el país donde más se litiga de Europa en relación con su población-.

Al fin y al cabo, ha dicho López Pardiñas, "los notarios mediamos todos los días en nuestros despachos en casos de herencias".

Por otra parte, el presidente de los notarios ha advertido de los riesgos de nuevas reducciones de los aranceles notariales.

Según ha explicado, el arancel notarial está concebido como un todo, de manera que los ingresos que genera un tipo de documentos compensan el trabajo que supone otros.

Por ejemplo, algunos documentos están primados para ser accesibles a todos los ciudadanos, como los testamentos o poderes, cuyo precio no supera los 40 euros, por lo que se cobra un importe inferior a su coste.

En otros, son variables: la intervención de un notario en la compraventa de una vivienda de 120.000 euros cuesta 390 euros de arancel, y la constitución de una hipoteca del mismo importe, unos 560 euros.

La reducción del importe arancelario en determinados documentos podría descompensar este equilibrio, ha advertido.