Los equipos de rescate encontraron ayer ocho cadáveres más en el "Costa Concondia", el crucero que encalló y se hundió a mediados de enero frente a las costas italianas, según informó el comité que gestiona la crisis en la isla de Giglio.

Entre los cuerpos está el de la niña de cinco años Dayana Arlotti, que desapareció en el accidente junto con su padre, William, de 36, y con un solo salvavidas para ambos. Antes de esta semana se habían recuperado ya 17 cadáveres.

Todavía hay 11 pasajeros y miembros de la tripulación que siguen desaparecidos.

Debido a las difíciles condiciones de trabajo, el rescate de los cadáveres hallados podría prolongarse. Tras contrastar las declaraciones de los supervivientes del accidente, los buzos volvieron sumergirse en el agua para una búsqueda concreta tras haber suspendido esta tarea hace tiempo.

El pasado 17 de febrero, el responsable de la Protección Civil, Franco Gabrielli, explicó que aunque se habían suspendido técnicamente las tareas de búsqueda de los desaparecidos para comenzar la extracción del carburante, se mantenía la actividad de exploración en los pasillos de la cubierta cuatro, donde se pensaba que podían haber quedado atrapados algunos pasajeros.

El crucero encalló frente a isla toscana de Giglio.

Contra el capitán, Francesco Schettino, se ha abierto una investigación judicial por homicidio negligente, por el propio accidente y por haber abandonado el barco durante la evacuación en compañía de una de las pasajeras.