Los mercados ilegales en los que se comercia con especies protegidas, desde orangutanes a pájaros exóticos, forman parte de la estampa cotidiana de Yakarta y son escaparate de una red de tráfico de animales a la vista de las autoridades indonesias.

En la capital de este país tropical existen más de veinte de los llamados "pasar burung" (mercado de pájaros), en los que se apilan millares de jaulas con aves de todos los plumajes en un entorno de suciedad acumulada durante meses.

Tras ese gran telón se hallan las mazmorras para otras especies.

En la trastienda hay tortugas de la isla de Java, lemures, loris, zorros voladores, ejemplares de puerco espines, águilas, crías de orangután, macacos de cola larga, tigres de la selva de Sumatra y serpientes de diversa envergadura arrancadas de su hábitat natural, al igual que el resto de los animales.

Prácticamente, cualquiera con dinero para comprar una mascota rara puede colmar su capricho en el "pasar burung", donde si la especie que busca no está incluida en el "catálogo", el tendero se comprometerá a conseguirla mediante sus contactos con las bandas dedicadas al tráfico ilícito de animales.

El encargo, aseguran los mercaderes, estará listo para ser entregado en unas pocas semanas.

La mayoría de los animales en oferta están sucios y apenas se mueven dentro de las herrumbrosas jaulas, entre las que se abre un laberinto de angostos pasillos en los que resulta difícil respirar a causa del pestilente olor y el tremendo calor.

A pesar de que es un secreto a voces, las autoridades no parecen mostrar interés en acabar con este comercio ilícito de fauna, ni siquiera ahora, cuando en Indonesia se registra un nuevo brote de gripe aviar que ha causado la muerte de cuatro personas en lo que va de año.

"Aquí no tenemos ese virus, eso solo ocurre en los corrales y criaderos de gallinas, no tenemos ningún miedo", asegura Wawan, un tendero del mercado de animales de Jatinegara que vende pájaros de varias especies, mascotas comunes como gatos y también algunas ocas.

Pero la veterinaria Karmele Llano, directora de la delegación indonesia de la organización Rescate Internacional de Animales, apunta "que en la aves selváticas, sobre todo entre las acuáticas, es muy común la gripe aviar, y cuando las ponen en contacto con otros animales y el humano pueden causar peligrosas cepas nuevas".

"En estos mercados ilegales, en los que hay todo tipo de animales, hay más facilidad para la mutación combinando diferentes virus, por ejemplo, la gripe aviar y la gripe porcina", explica.

Estos riesgos sanitarios aumentan ante "la escasa higiene en los mercados y porque la mayoría de los ejemplares llegan con el sistema inmune inactivo, por estrés, falta de bienestar y comida poco adecuada", apunta la veterinaria.

La organización no gubernamental ProFauna, que realiza controles del comercio de animales en Yakarta desde 1996, denuncia que a lo largo de 2011 se vendieron al mes en los mercados capitalinos una media de 85 primates, incluidos orangutanes, y un promedio de veinte ejemplares de especies de aves en peligro de extinción.

Según la ley indonesia sobre ecosistemas y recursos naturales, promulgada en 1990, cualquiera que comercie con especies protegidas afronta una pena máxima de cinco años de prisión y una multa de 10.000 dólares (7.515 euros), que raras veces se impone.

"En estos mercados es difícil confiscar animales y recabar información, solo logras detener al último eslabón de la cadena; es necesario que las autoridades investiguen para llegar al núcleo de estas redes de comercio ilegal de animales", señala Llano.