Con motivo del Día Internacional de la Mujer, la Sociedad Española de Cardiología (SEC) ha recordado hoy que la enfermedad cardiovascular mata a 65.000 mujeres cada año en España, un 8 % más que hombres.

Milagros Pedreira, miembro de la SEC y cardióloga del Centro Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela (CHUS), ha alertado de que "muchas veces" son las propias enfermas las que "no son capaces de discernir si están sufriendo un infarto o no, debido a la diferencia de síntomas percibidos con respecto a los varones".

Así, cuando una mujer experimenta una parada cardíaca puede notar "ardor en la región superior del abdomen, tener mareo, malestar estomacal y sudoración".

En la mayoría de casos, ha advertido la experta, no se dan cuenta de que están padeciendo un infarto porque no notan dolor en el pecho y cuando llegan al hospital tiene peor pronóstico que un hombre.

Las enfermedades cardiovasculares (ECV) se posicionan como la primera causa de muerte entre las féminas españolas, con el 35,10 % de los fallecimientos.

Estos porcentajes aumentan en diez comunidades autónomas, encabezadas por Andalucía, Asturias y Extremadura, con un 39,51 %, 38,07 % y un 37,23 % de muertes femeninas por ECV, respectivamente.

Por el contrario, con menor porcentaje de defunción cardiovascular se encuentran las canarias, las madrileñas y las navarras, con el 30,62 %, el 31,44 % y el 32,07%, respectivamente.

"Aunque la enfermedad cardiovascular es la primera causa de mortalidad en Europa, se tiene la percepción errónea de que el cáncer causa muchas más defunciones que ésta", ha destacado Pedreira.

Así, mientras que el 5 % de las muertes en mujeres europeas es consecuencia de algún tipo de cáncer, las defunciones femeninas por causa cardiovascular se sitúan en torno el 45 %.

Tres de cada diez muertes que se producen entre la población femenina están directamente relacionadas con la salud cardiovascular, pero no es hasta haber alcanzado la menopausia, que las féminas son más propensas a padecer este tipo de enfermedades.

Pedreira ha dicho que la mortalidad cardiovascular se da en el 50 % de las mujeres a partir de los 65 años, y es desde la menopausia cuando la mujer tiene un peor pronóstico que el hombre.

Esto se debe a que durante la edad fértil la actividad estrogénica preserva la función endotelial de las arterias y disminuye el colesterol; además, reduce la viscosidad de la sangre, minimizando el riesgo de trombosis", ha explicado.

En este sentido, las cardiopatías suelen ser más graves entre las mujeres, un ejemplo es que los varones tienen una probabilidad del 30% de morir tras su primer infarto, mientras que en ellas esta probabilidad aumenta hasta el 50 %.

Otro aspecto que destacan los expertos es el retraso en la sospecha de enfermedad cardiovascular y de la menor utilización de algunos estudios complementarios.

"Es muy importante que entre todos colaboremos para dar a conocer los efectos de la enfermedad cardiovascular entre las mujeres, ya que se sigue creyendo que ésta afecta más a los hombres", ha recalcado.

Precisamente, para dar a conocer con mayor exactitud cómo afecta la ECV en la mujer y, más concretamente la cardiopatía isquémica, enfermedad responsable de 15.300 defunciones femeninas al año, la SEC está promoviendo el registro SIRENA, el primer estudio observacional sobre esta patología en la mujer que se realiza en Europa y que incluye a 720 pacientes de toda España.