El 84,4 por ciento de los presos españoles sufre o ha sufrido enfermedades mentales en algún momento de su vida en las prisiones españolas, en su mayoría por adicción o abuso de drogas (76 por ciento), según un estudio con datos de 2011 al que ha tenido acceso Europa Press, realizado a más de 700 hombres de cinco cárceles de Cataluña, Madrid y Zaragoza.

Esta cifra está lejos de la prevalencia de los trastornos mentales en la población general, que es de solo un 15,7 por ciento, y se explica por la influencia del consumo de drogas en el desarrollo de diferentes trastornos mentales, afirma en una entrevista a Europa Press el director de psiquiatría penitenciaria del Parc Sanitari de Sant Joan de Déu, el doctor Francesc Pérez Arnau, que ha colaborado en este estudio.

"Un porcentaje muy bajo únicamente consume alcohol, pero a partir de aquí, lo que es más frecuente es la combinación de diferentes y muchas sustancias", el policonsumo, lo cual tiene una relación directa con el incremento de la violencia y el desarrollo de patologías, incluidas las psicosis, abunda el psiquiatra.

Pérez Arnau relata que el riesgo de reincidencia y las conductas violentas están vinculadas al consumo de drogas: "El enfermo mental que no consume es igual de peligroso que su vecino sano. Es la combinación con el consumo de drogas lo que puede acentuar la violencia".

El especialista explica, por ejemplo, que la enfermedad mental entre los internos que no han consumido estupefacientes durante su vida se rebaja hasta el 8,6 por ciento, y que, de los 707 presos analizados en esta investigación, solo el 23,8 por ciento dice no haberse drogado nunca.

Según el doctor, la mayoría de trastornos por los que los presos piden una visita psiquiátrica son adaptativos: "Es un tipo de reacción ante una situación; sobre todo en presos preventivos. Una persona que está en la calle, comete un delito e ingresa en prisión es normal que tenga ansiedad, insomnio y que se sienta triste", comenta Pérez Arnau.

Precisamente, del estudio se desprende que el 45,3 por ciento de casos responde a la ansiedad; un 41 por ciento son trastornos del estado de ánimo, y un 10,7 por ciento a sintomatología psicótica -cuadros de esquizofrenia, trastorno bipolar y otros-, "mediatizados" generalmente por la prevalencia del abuso y dependencia de sustancias.

Esta radiografía cambia radicalmente cuando se analiza la sociedad en general, donde la ansiedad tiene una presencia del 23,3 por ciento, seguida del consumo de sustancias -17,5% por ciento-, los trastornos del estado de ánimo -14,9 por ciento- y el trastorno psicótico -4,2 por ciento-, aunque el estudio no analiza los mismos periodos.

Pérez Arnau matiza, en relación a esta investigación, que hay "algún trastorno que ahora está en estudio y que probablemente es muy habitual en prisión pero que no se ha incluido en el análisis", mientras que otros que sí se han tenido en cuenta -trastornos de personalidad- requerían otro tipo de análisis. En este sentido, el psiquiatra aclara la restricción de la muestra, que se limita a hombres penados que entienden el idioma español.