Ha cumplido 22 días, no se conoce su sexo y no tiene nombre, pero el último polluelo de quebrantahuesos nacido en cautividad en Aragón, y que se cría con éxito, supone una esperanza para la reintroducción de esta especie en peligro de extinción en los Picos de Europa.

El polluelo salió el pasado viernes de la nacedora, donde ha pasado sus primeros veinte días de vida en total aislamiento, y ha tenido el primer contacto con humanos para someterse a un chequeo veterinario, que ha superado perfectamente y que servirá para conocer su sexo y posibles enfermedades.

Un primer examen de este pequeño quebrantahuesos ha sido realizado en el Centro de Cría en Aislamiento Humano (Criah) de La Alfranca, en Pastriz (Zaragoza), que dirige el naturalista Gerardo Báguena, vicepresidente de la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos.

El polluelo nació en este centro el 25 de marzo, con 138 gramos de peso, tras 54 días de incubación, lugar en el que seguirá su crianza aproximadamente durante un mes en un nido naturalizado, señala Báguena en declaraciones a Efe. Ahora pesa ya 930 gramos y, aunque es una "bolita" de plumas grises, con las alas estiradas mide 45 centímetros.