El 20% de los médicos que han sido atendidos para superar trastornos mentales por colegas de profesión en los últimos once años son MIR, un asunto que preocupa a la Organización Médico Colegial (OMC), que presta asistencia a estos casos a través de un programa pionero en el mundo.

Estos son algunos de los datos que han ofrecido los miembros de la Fundación para la Protección Social de la OMC, que han presentado su Memoria de Actividades 2011, en el que esta institución realizó 3.593 prestaciones asistenciales, educaciones, de conciliación de la vida laboral y familiar y de protección de la salud del médico.

Algunas de ellas estuvieron vinculadas al PAIME, el Programa de Atención Integral al Médico Enfermo, que según ha explicado el secretario general del Consejo General de Colegios de Médicos, Serafín Romero, ha permitido rescatar desde el año 2000 a 2.345 médicos de trastornos mentales y adicciones.

El 90% de esos médicos atendidos en estos once años de vida del programa están trabajando en la actualidad, según Romero, que ha precisado además que el 60% de ese porcentaje está siendo controlado "para que sigan bien y puedan desarrollar sus actividad en las mejores condiciones".

Romero ha destacado otro porcentaje "relativamente importante" dentro del total de los 2.345 médicos atendidos: entre el 20 y el 22% son MIR, médicos internos residentes o lo que es lo mismo licenciados en Medicina que han aprobado una oposición para formarse como especialistas en un centro sanitario del Sistema Nacional de Salud.

"Son médicos que están en una etapa que debería ser de disfrute, porque son personas que entran en la profesión, pero se ven sometidos a una actividad que para algunos es estresante y por ello necesitan ser atendidos", ha señalado Romero.

La fundación ha destinado el pasado año 325.081 euros al PAIME, en el que colaboran también las comunidades a través de convenios, pero debido a la crisis económica algunas de ellas, según Romero, "están cerrando el grifo" a esta iniciativa.

Respecto a la memoria de la fundación de 2011, las cifras más significativas son las siguientes: la Fundación destinó más de catorce millones de euros para acciones de protección social y el capítulo más importante fue el de ayuda en educación y becas con casi siete millones y medio, seguido por el de las prestaciones asistenciales a médicos jubilados, viudos, discapacitados o huérfanos al que se destinaron más de cinco millones.

Las ayudas para la conciliación de la vida personal, profesional y laboral ascendieron a un millón.