La comercialización ilegal de fósiles en Perú, donde han sido decomisados unos 8.000 restos los últimos seis años, altera y destruye el patrimonio paleontológico apenas estudiado de este país, declaró la directora de Museos y Bienes Muebles del Ministerio de Cultura, Luisa María Vetter.

Ese ministerio ha tratado de mostrar los problemas que genera esta actividad ilícita, así como la lucha que se hace contra ella, al presentar la exposición "Desde hace millones de años: la paleontología en el Perú", que reúne 250 piezas en una muestra temporal en el Museo de la Nación.

La muestra narra la evolución de la vida y los seres gigantescos que habitaron el actual territorio peruano hace millones de años a través de centenares fósiles incautados a turistas.

Parte de las piezas expuestas proceden de los 8.000 fósiles que fueron decomisados los últimos seis años cuando iban a salir de forma clandestina de Perú, como pendientes y otros objetos de decoración.

"Hay muchos centros a nivel nacional, como quioscos o tiendas, que venden amonites alterados ilegalmente, y engañan al público tanto nacional como extranjero, quienes gastan su dinero y después en el aeropuerto ven cómo se los retiran", explicó Vetter.

La muestra es un compendio de estos trabajos de modificación, falsificación y destrucción en fósiles hallados en Perú, cuya antigüedad se remonta a 450 millones de años, cuando los Andes estaban sumergidos bajo el mar.

Desde entonces la vida evolucionó hasta crear seres titánicos como el megalodón, un tiburón de unos 20 metros de longitud, y el perezoso marino, con el tamaño y la fuerza de un elefante.

Del megalodón, también conocido como tiburón "carcharocles", se pueden contemplar varios dientes que superan los 15 centímetros y que formaban una voraz dentadura cuya mandíbula abierta alcanzaba la misma altura que la estatura de un hombre actual.

En la exposición se advierte de que estas piezas son objeto de falsificación por parte de los vendedores, que rellenan con masilla dientes incompletos de esta especie, "altamente difíciles de hallar íntegros", para luego venderlos como reales.

También destaca la garra de un perezoso marino encontrada en la región de Arequipa, cuya huella era dos veces superior a la de un oso polar actual, acompañada de parte del esqueleto de un "equus", la especie equina extinta que habitó América antes de que los europeos introdujeran el caballo actual.

No obstante, las piezas más abundantes en la muestra son los amonites, caracoles de 100 millones de años de antigüedad que se venden como pendientes, se pulen para que sirvan de pisapapeles o incluso son tallados hasta cobrar formas muy diferentes a la original, como la de un corazón o la de una piraña.

Una de las curadoras de la exposición, Bertha Dioses, comentó que los amonites son pulidos tras cortarlos longitudinalmente, porque "se puede ver la estructura interna del caracol, a la que le dejan una superficie brillante que llama la atención".

"Cuando tienen un color similar al plomo les ponen betún porque también hay amonites de color negro, que el turista adquiere como un bonito ''souvenir'' sin saber que compra patrimonio nacional", añadió.

El Ministerio de Cultura peruano desea ampliar esta exposición para exponer el próximo año más restos fósiles decomisados y concienciar a la población y a los turistas para que eviten adquirir estos objetos que esquilman el apenas investigado patrimonio paleontológico del país.