El coste del tratamiento que requiere el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), que afecta a entre el 5 y el 10% de los escolares, hace que "muchas familias" en España hayan abandonado tratamientos farmacológicos, según denuncia la federación nacional de afectados.

Ésta es una de las conclusiones que se desprende de un informe de agrupaciones de pacientes de diferentes comunidades autónomas, que ha sido presentado hoy en San Sebastián por el presidente de la Federación Española de Ayuda al TDAH, Fulgencio Madrid, la psiquiatra infantil Maite Ferrin, y la responsable de la asociación guipuzcoana ADAHIgi, Maite Urkizu.

Madrid ha explicado que el estudio, que se presentará mañana en un congreso en la capital donostiarra, recoge las necesidades de los afectados y sus familiares, y los problemas que encuentran para convivir con una enfermedad que, según ha recalcado, no despierta ninguna empatía por parte de una sociedad, que "estigmatiza" a los niños que la sufren como "vagos y movidos" y a sus padres como "incapaces de educar", ya que es una "discapacidad invisible".

A la carga emocional que supone la incomprensión social, hay que añadir el elevado coste que acarrea el tratamiento de este trastorno que debe ser multidisciplinar e incluir, además de fármacos, el apoyo de distintos profesionales como pueden ser psicólogos, profesores de apoyo, psiquiatras o pedagogos.

Fulgencio Madrid, jurista y padre de dos hijos con TDAH, ha explicado que se trata además de un trastorno con un "alto componente genético", con lo que en una misma familia pueda haber varios casos con la carga económica que ello conlleva.

"Muchas familias abandonan los tratamientos farmacológicos, sobre todo las que tienen menos recursos" y no pueden desembolsar los "50 euros mensuales" que puede costar un medicamento que permite a un niño "mantener la atención" en clase, ha denunciado.

Por ello, la federación que él preside pedirá al Gobierno que incorpore los medicamentos indicados para combatir el TDAH al grupo de fármacos de aportación reducida con la consideración de enfermedad crónica, tal y como ya pidió el PP en el Senado durante la pasada legislatura.

Fulgencio Madrid asegura que esta medida no supondría un gasto importante para los servicios sanitarios y ha pedido que no se utilice "la excusa" de los recortes para no hacer nada, ya que hay "muchas cosas" que pueden hacerse y que "no cuestan dinero".

Entre sus principales reivindicaciones figura también que el TDAH sea considerado una atenuante en el caso de cometer un delito, al entender que la impulsividad impide medir las consecuencias de la acción, y también que se forme a todos los profesionales que conviven con una enfermedad que, muchas veces, "tarda más de dos años" en diagnosticarse.

En su opinión, un paciente no diagnosticado puede suponer a la larga "un gasto mucho mayor para la administración" derivado, por ejemplo, del fracaso escolar, accidentes de trabajo, bajas laborales y de su mayor predisposición a consumir drogas.

Este informe sobre las necesidades de los enfermos de TDAH forma parte de un proyecto nacional mucho más ambicioso, llamado Pandah, que pretende establecer un plan de acción para tratar este trastorno.