El laboratorio Servier, segunda farmacéutica de Francia, es juzgado hoy por "engaño agravado", al haber presuntamente ocultado los efectos perniciosos del Mediator, un medicamento para diabéticos que pudo causar, al menos, 500 muertes.

El Tribunal de Nanterre, a las afueras de París, abrió hoy un primer proceso contra la farmacéutica, que tiene que rendir cuentas en otro tribunal parisiense por un supuesto delito de "homicidios y daños involuntarios".

En el banquillo de los acusados se sentó Jacques Servier, de 90 años, fundador y presidente de la farmacéutica que entre 1976 y 2009 comercializó el Mediator.

El producto, utilizado para los diabéticos con sobrepeso pero también como adelgazante, provocó problemas cardiovasculares a algunos pacientes.

Una inspección oficial puso al descubierto que sus efectos secundarios pudieron causar la muerte de 500 personas, un número que otros estudios elevan hasta a 2.000.

En la causa de Nanterre, el laboratorio se enfrenta a una pena de 150.000 euros de multa y la prohibición de ejercer, mientras que su presidente puede ser condenado a un máximo de cuatro años de cárcel y 37.500 euros de multa.

El juicio se abrió con el estudio de una serie de recursos de procedimiento presentados por la defensa que amenazan con retrasar el proceso.

Los abogados de Servier consideran que no pueden juzgarse las dos causas de forma separada, una en Nanterre y otra en París, y que su cliente no puede comparecer en un juicio mientras está procesado en otro por los mismos hechos.

Además, defienden la inocencia del laboratorio y consideran que el proceso responde a las presiones "político-mediáticas" que han rodeado al caso.

Opinión diferente a la que apuntan los abogados de la acusación particular, que creen que Servier ocultó los efectos perniciosos de su medicamento con el único fin de incrementar sus ventas.

El Mediator fue un medicamento muy popular en Francia, prescrito como adelgazante y que en 2006, según los datos de la Seguridad Social, consumían más de 300.000 personas, el 70 por ciento de ellas no diabéticos.

Las dudas sobre sus efectos secundarios llevaron a su prohibición en algunos países europeos en 2003, pero en Francia se siguió recetando al considerar que los riesgos eran menores.

Según los estudios, el Mediator provocaba valvulopatías que podían conducir a la muerte de los pacientes o a trastornos cardiacos que incrementaban los riesgos de ataques.

Un informe de las autoridades francesas alertaba en 2006 sobre los riegos del medicamento, pero tuvieron que pasar tres años más para que fuera retirado del mercado.