Histórico. Así puede calificarse el descubrimiento científico realizado por un grupo de cinco especialistas del Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria (HUNSC) y del Hospital Universitario de Canarias (HUC) y que permite medir eficazmente a través de dos moléculas la evolución de los tratamientos de desensibilización a la leche de cada paciente de forma individualizada y conseguir que pueda tener una vida "normalizada y sin miedo" si completa el protocolo.

Así, lo explicó la doctora Paloma Poza, quien detalló que "no se puede hablar de una curación inmediata, pero desde luego desde una primera etapa la mejoría es notable y la satisfacción de los padres altísima, porque sienten que su hijo esta fuera de peligro".

Y es que este avance se ha podido dar a conocer gracias a una estudio piloto realizado en 12 niños de menos de 15 años de Tenerife y con una alergia grave a la leche.

"No hablamos de personas que por ingerir un mínimo de leche le salga una reacción cutánea, sino que desarrollan crisis de asma e incluso anafilaxis", recordaba Poza, acompañada en la presentación por los doctores Ruperto González, Víctor Matheu, Yvelise Barrios y Andrés Franco.

El tratamiento ideado por este grupo de especialistas sanitarios se divide en dos fases. La primera se desarrolla fundamentalmente en el hospital y se basa en tratar la desensibilización y conseguir que la leche deje de ser un riesgo grave para la salud de los niños alérgicos que pueden llegar a padecer un shock anafiláctico, y la segunda se basa en mantener las pautas y dosis adecuadas para ir avanzando hacia la normalización, lo que se traduce en una curación a largo plazo.

"Cada paciente es diferente al otro, pero todos tienen en común que es necesario mucho tiempo, buenas pautas y determinadas dosis para normalizar la situación", relata Yvelise Barrios, que aclaró que el descubrimiento se basa en la forma de comportarse de dos proteínas presentes en el suero sanguíneo.

"Se trata de las proteínas MCP-1 y MIP-1 alfa, que se encuentran en niveles significativamente bajos en niños con alergia a las proteínas de la leche de vaca en relación con los que carecen de ella. Gracias a la evolución de estos dos marcadores se sabe cuándo hay curación, pues según se administra la terapia de desensibilización alimentaria ambos aumentan sus niveles y se acercan a los de los niños atópicos".

Por su parte el alergólogo Víctor Matheu recordó que solo en Tenerife hay unos 15.000 niños menores de 2 años y de ellos unos 600 presentan alergia a la leche de vaca, lo que en algunos casos desaparece espontáneamente tras la infancia pero en otros, casi entre un 20 y un 25%, persiste.

Esta alergia dificulta la vida familiar hasta el punto que impide celebrar cumpleaños, comer fuera, hacer viajes, advirtió Ruberto González, también alergólogo del Hospital de la Candelaria.

Con el objetivo de ampliar este estudio y desarrollarlo en más centros hospitalarios públicos, el doctor Matheu precisó que se ha pedido financiación a la Sociedad Española de Alergología y al Instituto de Salud Carlos III.