El número de personas, de 18 a 75 años, que apuestan en juegos de azar se ha incrementado en España entre 2009 y 2011 un 14,4 por ciento hasta alcanzar al 63,8 por ciento de la población, aunque ahora se arriesga cantidades más pequeñas, según un estudio de investigadores de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) que analiza el efecto de la crisis en manera en que los españoles apuestan.

Así, el estudio concluye que en España se ha producido un recorte del dinero apostado pero ha crecido el número de personas que juegan habitualmente. Además, participan sobre todo en juegos pasivos (loterías y quinielas), mientras las prácticas de los jugadores cotidianos descienden en frecuencia.

"La crisis ha animado a personas que jugaban muy de vez en cuando a jugar pequeñas cantidades impulsados por el deseo o la ilusión de obtener algún premio que pueda aliviar la penuria económica", indica el profesor Francisco Javier Ruiz Martínez.