Obispos de toda España han puesto a trabajar su imaginación y a título individual han lanzado iniciativas novedosas para ayudar a los feligreses que están pasando graves dificultades económicas a causa de la crisis. Donar las pagas extras o parte del sueldo para los pobres, abonar una parte proporcional a lo que se gasta en celebraciones o apadrinar a una familia son algunas de las peticiones que los prelados han realizado desde sus púlpitos.

El obispo de la Diócesis de Canarias, Francisco Cases Andreu, lleva ya tres años animando a los feligreses a que aporten parte de su salario "no ocasionalmente, sino de forma sistemática, con la misma estabilidad mensual de sus ingresos", para compartir con los que sufren más las consecuencias de la actual coyuntura económica. A principios de este mes, el obispo de Palencia, Manuel Esteban, hizo una solicitud a los párrocos durante una eucaristía celebrada en la catedral: que animaran a las familias a donar a Cáritas una cantidad determinada en relación a lo que se van a gastar con cada invitado en sus bodas, bautizos o comuniones.

La mayor parte de las iniciativas de las diócesis se canalizan a través de Cáritas, que en 2010 (última Memoria anual) destinó 247,5 millones de euros a la lucha contra la pobreza, frente a los 230 millones del año anterior. Con esos recursos atendió a 6,5 millones de personas (un 4,3 por ciento más que en 2009). También en Castilla y León, el Obispado de Ciudad Rodrigo, cuya diócesis es la más pequeña de España, estableció hace cuatro años que sus sacerdotes donaran el 10% de su sueldo mediante suscripciones fijas o entregas mensuales. La respuesta al llamamiento realizado por el obispo de Ávila, Jesús García Burillo, para que los religiosos renunciaran a su paga extraordinaria de verano, ha supuesto 37.000 euros. El propio prelado ha rechazado la suya, que ronda los 1.000 euros.

"Apadrina una familia"

"Apadrina una familia" es una de las iniciativas del Arzobispado de Valencia, impulsada por la Gran Asociación de Beneficencia de la capital, que tiene como objetivo ofrecer ayudas puntuales para el pago de recibos, alquileres o compra de artículos de primera necesidad. A través de ella se canaliza también la donación de 300 euros mensuales a una determinada familia durante un año para colaborar a su manutención.

El propio arzobispo de Valencia, Carlos Osoro, ha propuesto a los profesores de 68 colegios diocesanos dependientes del Arzobispado ceder tiempo "gratuitamente" para dar clase a los alumnos de familias sin recursos, que van mal en los estudios. En Aragón, los sacerdotes tienen congelado el sueldo desde el mes de enero en solidaridad con el resto de los trabajadores y en algunas diócesis, como la de Tarazona, el vicario general y otros curas ya donaron su paga extra a Cáritas las pasadas navidades.

En Cantabria, el 1 de mayo de 2010, coincidiendo con el Día del Trabajo, se puso en marcha una iniciativa del Obispado de Santander, que invita a los ciudadanos a donar un día de su salario mensual a favor de los parados y que han imitado otras diócesis. Los ciudadanos pueden optar por hacer aportaciones mensuales, trimestrales, semestrales, anuales o puntuales de las cantidades que ellos decidan. En 2011, último año del que se tienen datos, se recaudaron más de 79.000 euros.