Uno de los principales valores del nuevo Premio Nobel de Literatura, el chino Mo Yan, es que residiendo en su país -y no en el exilio- nunca ha dejado de decir en sus novelas "lo que cree que se debe decir", ha afirmado hoy a la directora del Instituto Cervantes en Pekín, Inmaculada González Puig.

"Vaya alegría, ya era hora", ha dicho González Puig, a quien la noticia ha sorprendido de viaje en España y que ha sido anfitriona del galardonado en las varias ocasiones en que éste ha visitado la sede del Cervantes en la capital china desde su apertura, en julio de 2006.

La responsable del Cervantes ha destacado cómo Mo Yan "con mucha templanza, con matices, con prudencia, que es la única manera en que se puede trabajar en China, ha sabido tocar todos los temas a través de sus novelas, incluso los más delicados".

"Ha conseguido que todas sus novelas hayan sido publicadas en China y para eso hace falta un gran talento", ha subrayado González Puig.

También ha agradecido la generosidad y disponibilidad del autor de "Las baladas del ajo", quien ha visitado en varias ocasiones las instalaciones del Cervantes en Pekín, la última vez el año pasado durante una visita del peruano y premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa.

"Pasaron mucho tiempo juntos. Compartieron un debate en el que se habló sobre la literatura en la globalización, el momento que atraviesa la literatura o las vinculaciones entre las literaturas de diferentes partes del mundo", ha recordado la directora del Cervantes en China.

Ha apuntado, además, la influencia del realismo mágico de Vargas Llosa y Gabriel García Márquez en la obra de Mo Yan y el "enorme respeto" del nuevo Nobel de Literatura hacia estos autores latinoamericanos.

"Nos falta mucho por conocer sobre literatura china. La mayoría de lo que se publica en España pertenece a autores exiliados y que escriben en inglés o francés. El valor de este hombre (Mo Yan) es que no se ha movido nunca de China", ha agregado.