El UFFO, un instrumento científico que transportará al espacio el satélite ruso "Lomonosov" en el 2013, detectará y permitirá observar en un segundo los estallidos de rayos gamma, causados por la muerte de las estrellas más masivas, con un sistema de microespejos pionero en el mundo.

El instrumento ha sido presentado a la comunidad científica y a la prensa en el "Simposio Internacional de otoño 2012", dedicado al estudio de los estallidos de rayos gamma y a la exposición de los últimos avances científicos y tecnológicos en este campo de la astrofísica que se celebra esta semana en Marbella.

El director del congreso y profesor del Instituto de Astrofísica de Andalucía Alberto Castro ha relatado en rueda de prensa que la misión del proyecto es observar la emisión de estallidos de rayos gamma, fenómeno relacionado con la "muerte de las estrellas más masivas que hay en el Universo" que se produce en galaxias remotas.

Ha indicado que este fenómeno produce la liberación de alta energía en pocos segundos, por lo que es una oportunidad única de ver "dónde se ha producido esa operación" y todo lo que hay desde esa luz "hasta nosotros", lo que da información sobre "la estructura y la composición del Universo" en esa dirección del cielo.

Por su parte, el profesor de la Universidad Ewha de Corea del Sur, Ilh Park, ha explicado que el UFFO está compuesto por dos aparatos, el detector de rayos X UBAT, que localiza la alta energía que producen los estallidos de rayos gamma, y un sistema óptico de microespejos -Slewing Mirror Telescope (SMT)-, elaborado por su equipo.

Según ha apuntado el profesor de la Universidad de Valencia Víctor Reglero, la novedad del experimento radica en que "en menos de un segundo", sin mover ni el satélite ni el telescopio, un espejo se va deformando y va enfocando "dónde nosotros queremos el telescopio óptico".

En este sentido, ha asegurado que es un avance tecnológico sin parangón, ya que la técnica actual sólo permite observar estos estallidos 100 segundos tras la explosión, equivalentes a 30 millones de kilómetros a la velocidad de la luz, por lo que ahora se verá qué pasa en el "primer segundo", cuando la estrella muere.

Reglero ha dicho que ésta ha sido una "misión suicida", ya que se ha desarrollado en dos años, cuando la media de la Agencia Espacial Europea o de la NASA es de seis.

Varios países participan en esta apuesta espacial, donde Corea del Sur y Taiwán son responsables del telescopio óptico SMT; el desarrollo del instrumento gamma UBAT está liderado por España, Estados Unidos y Dinamarca dan soporte científico y de calibración, Francia proporciona parte de los detectores de UBAT, y Rusia, el satélite "Lomonosov".

Toda la financiación del proyecto ha sido pública, a través de las agencias nacionales de cada uno de los países miembros, y ha tenido un coste total de cinco millones de euros.