Ecólogos españoles y portugueses han puesto en marcha la constitución de la Sociedad Ibérica de Ecología, una asociación común que les permitirá constituirse como una "voz fuerte e influyente" a la hora de definir las políticas científicas y ambientales en toda la península ibérica.

Así lo ha confirmado Adrián Escudero, catedrático de Ecología en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, vicepresidente de la Asociación Española de Ecología Terrestre (AEET) y uno de los impulsores de esta iniciativa que aspira a coordinar a los expertos de ambos lados de la frontera, ya que "tenemos problemas y proyectos comunes".

Esta sociedad estará compuesta por unos 2.000 académicos e investigadores pertenecientes a la propia AEET, a la Asociación Portuguesa de Ecología (SPECO) y a la Asociación Ibérica de Limnología (AIL), además de incluir un número "importante" de oceanógrafos y ecólogos marinos que en la actualidad carecen de asociación como tal.

Delegados de todos estos grupos se han reunido recientemente en el Instituto de Ciencias Agrarias del CSIC en Madrid a fin de dar los primeros pasos de una iniciativa que, según Escudero, "coordinará y fortalecerá" la actual "nube" de colectivos científicos que trabajan en el ámbito ecológico.

"Nuestra colaboración con las asociaciones portuguesas viene de antiguo e, históricamente, ha sido muy fructífera; en algunos campos, estamos ya de hecho trabajando hace tiempo como si la unión fuera un hecho", precisó a Efe.

Entre los asuntos de mayor interés para estos expertos figura todo lo relativo al cambio climático, además de los servicios ecosistémicos, donde estudian desde el aprovechamiento de los recursos agroforestales hasta el uso recreativo de la naturaleza.

También se interesan en proyectos relacionados con la biología y la conservación, así como el manejo y uso del territorio en planos como la ordenación urbanística o los espacios protegidos.

Aunque los ecólogos españoles no cuentan con subvenciones públicas para financiar sus investigaciones, como sí sucede con sus colegas lusos, colaboran regularmente con instancias como la secretaría de Estado de Medio Ambiente y la Fundación Biodiversidad.

"Uno de los proyectos más recientes en el que hemos trabajado mano a mano con la Administración fue en el informe de evaluación de los hábitats, incluido en los anexos de la directiva europea correspondiente", puntualizó.

También han participado en diversas iniciativas como la defensa de los contenidos científicos en las asignaturas de Biología dentro de la reforma educativa actualmente en marcha o en determinados proyectos de conservación.

Sin embargo, Escudero cree que este tipo de expertos pueden aportar mucho más, ya que "las personas que nos dedicamos a la ciencia estamos por lógica más capacitadas para facilitar respuestas a preguntas que afectan tanto a la sociedad española como a la portuguesa" y por ello confían en que la futura Sociedad Ibérica de Ecología les confiera la presencia necesaria para ello.

Los colectivos de investigadores que participan en este proyecto se encuentran integrados en la Federación Europea de Ecología, donde "la idea es la misma: participar en la toma de decisiones, aunque en este caso, a escala continental".

En comparación con sus colegas europeos, Escudero asegura que las asociaciones de referencia son la British Ecological Society, "porque tiene un gran peso en el Reino Unido, donde sus informes son muy tenidos en cuenta" y su equivalente nórdico, que agrupa a científicos suecos, noruegos, daneses y finlandeses.